otò quiere suicidarse porque prefiere una muerte rápida a morirse de gana. Fracasa con un par de métodos en gags de cómic (muy trillados) cuando se encuentra con lo que parece su imagen del espejo (en una escena ésta sí de antología) que le propone un asunto de dobles que le ocupará el resto de la película.
Se trata de “Animale Pazzi” (Carlo Ludovico Bragaglia, 1939; copia muy maltrecha en YouTube, en un italiano a palo seco que me ha costado entender en muchos momentos, aunque eso no es muy importante), una comedia tan loca como los animales de la clínica que dan nombre a la cinta, que forma parte de ese tipo de obras que los italianos llaman del “nonsenso”.
Totò tiene alguna escena charlotesca, pero sobre todo unas cuantas de contorsionista inigualables.
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