Àlex Mitrani, entre otras cosas nombre asociado a lo más nuevo del MNAC, demostró ayer que se toma las cosas en serio. Debía presentar en la Filmoteca una sesión del ciclo “Per amor a les Arts” dedicado nada menos que a la relación “Cinema i pintura” y, donde otros se limitan a recoger información del director, película y/o obra de arte sobre los que versa la cosa y trasmitirla -a veces de forma inacabable- al auditorio, ha ofrecido, por el mismo precio, dos por uno.
Ahí estaban los datos que había podido recabar sobre los films -no demasiados, porque se trataba de cortometrajes, el pariente pobre del cine-, pero previamente vertió una serie de reflexiones en voz alta sobre el tema de la sesión, esto es: ¿cómo debe enfrentarse, o de qué formas afronta el cine a la pintura? Quizás tenga precisamente -se dijo-, el papel de animar, de dar vida a la obra de arte.
Para concretar un poco las ideas dispuso de un programa de películas cortas de lo más variado (que volverá a pasarse el próximo viernes, pero ya sin Alex Mitrani para preparar un poco el camino), tanto por sus años de producción como por cómo responden a esa pregunta.
Yo había visto los nombres de Pialat, Resnais, Pollet, Gilles… e, impreciso, había apuntado en la agenda “17h F- Cortos NV”. Sï que los cuatro primeros pueden verse así, pero el quinto y último (Dutta) se escapa de la Nouvelle Vague, de Francia y de los años 60 para alcanzar hasta la India y el 2015. Para más confusión, creía que el corto que se pasaba sobre “Van Gogh” era el de Resnais, y no el de Pialat, y tuve un diálogo de besugos previo a la película en la que coincidimos en señalar el gran valor de los cortos iniciales de Resnais y le comenté a Mitrani la bronca que me echó un amigo que por la época iba para pintor a la salida del cineclub porque pasamos su “Van Gogh” sin el preceptivo color tratándose de ese pintor.
Sobre ese tema del color empezó él su exposición, explicando haber estudiado toda la carrera viendo las obras en el Summa Artis, impreso en blanco y negro. Y una aseveración: que puede resultar mucho más fiable que cientos de reproducciones por la red o incluso impresas que tergiversan los colores de mala manera.
Esbozó otro posible tema de reflexión: cuál es el mejor espacio para ver una pintura: ¿el museo? ¿El taller del artista? …
Siguió luego con el tema de la mirada, pero será mejor que no me extienda demasiado, para no tergiversarlo, poniendo en su boca cosas que nunca dijo pero que yo me situé, a partir de sus explicaciones, por mi cabeza.
Sólo decir que pasó una panorámica clasificatoria sobre películas que idealizan hasta extremos increíbles las obras de arte, películas que intentan construir una mirada neutral -por definición cosa imposible-, otras que actúan de forma académica, otras que se toman hasta el fondo eso de dar vida al cuadro.
Sobre las películas de la sesión,
A/ Señalar lo que dijo sobre la de Pialat (que personalmente me entusiasmó, y forma un doblete de una fuerza casi explosiva con su largometraje de ficción de 1991 rodado en el mismo sitio -Auvers- y del mismo título). Concretamente: que describe la pintura de Van Gogh como si fuera un paisaje
B/ Que creo le debió pasar lo mismo que a mí con la de Gilles (llena de efectismos): me ha parecido detestable, perpetuando el sentimiento adquirido al descubrir, recientemente, su obra, yendo del entusiasmo inicial al desengaño. Claro que tampoco me interesaba la pintura de su artista representado…
C/ Una única disparidad de criterios. Es verdad, como señaló, que posiblemente ahora la película de Pollet sería criticada con esa idealización de la esencia de la mujer, centrada en su belleza, pero la verdad es que me sentó la mar de bien, con la música de Antoine Duhamel haciéndote sentir en un Truffaut y recuperar a marchas forzadas los buenos momentos de la NV.
D/ Por último, hizo notar la culminación de la sesión con el documental “Chitrashala” (“House of paintings”, Amit Dutta, 2015), en el que finalmente elementos de las preciosas pinturas de la región del Himalaya (coetáneas de las de Fragonar, indicó) son finalmente animadas. Pude ver recientemente alguna otra película de Dutta y en ella ya no salen las pinturas, sino que son representadas sus disposiciones por personajes reales.
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