martes, 29 de noviembre de 2022

Peter O'Toole: Along the Sky Road to Aqaba


No es habitual que sea un director de cierto nombre, como es el caso del irlandés Jim Sheridan, el que ruede un documental sobre un actor estrella como “Peter O'Toole: Along the Sky Road to Aqaba” (“Peter O’Toole”, 2022, que pasa ahora por Movistar+). Quizás la coincidencia venga de tratarse de una producción irlandesa sobre un actor conocido como irlandés.
De buenas a primeras el documental no parece diferir grandemente de toda esa retahíla de documentales sobre gente del cine y teatro que acabas viendo por algún canal de televisión, porque sigue a rajatabla esa regla actual no escrita de que deben empezar por sacar a buena parte de los que saldrán luego diciendo lo de más impacto de lo que dirán.
Y, de hecho, el documental es de ese tipo, sí bien estirado al límite: vamos sabiendo del personaje únicamente por los comentarios que hacen personas que se codearon con Peter O’Toole durante su vida.
Tiene, a mi entender, dos características que lo diferencian un poco. Una primera, que prescinde por completo del papel del narrador: todo se va conociendo a través de las voces de los entrevistados. La segunda, bien positiva, es que se trata de entrevistados muy bien escogidos, de peso, y que no se limitan a cumplir escuetamente su papel, soltando una frase elogiosa cualquiera. Todos y cada uno parecen, realmente, haber analizado al personaje y explican situaciones que definen su carácter con datos concretos, de una forma que difícilmente otros podrían hacerlo.
Un tema que no se rehuye, aunque por suerte el documental no se refocila en ello, es el del trato con el alcohol (y descubrimos que hasta con algo más) del actor. Eso da para historias divertidas (Derek Jacobi describiendo el peligro al que se exponía en escena de esgrima cuando Peter O’Toole le había dado fuerte a la copa previamente) y otras más desgraciadas (su fracaso consecuente en las representaciones de un “Hamlet” tardío, también en el teatro).
Unas cuantas cosas me llevo en las alforjas como conocimientos nuevos sobre el personaje: su extraordinaria memoria, utilizada a fondo para aprenderse todo tipo de diálogos, la comicidad de una de sus últimas representaciones teatrales, de la que vemos unas pocas escenas, y, por último, una revelación sobre sus orígenes que dejo de señalar aquí, para que haya alicientes suficientes para ver la película.
Solo apunto que eso no se trata más que de un detalle, gracias a Dios no muy subrayado, y que creo que los alicientes, sí atraía el actor o sus personajes, son más que suficientes, cubriendo el documental las expectativas.


 

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