domingo, 6 de diciembre de 2020

Hiver nomade






Hacía tiempo que no salía tan satisfecho de ver un documental, que te da a conocer una forma de vida totalmente diferente a la escogida por nosotros.
En “Hiver nomade” (Manuel von Stürler, 2012; en Mubi), una pareja de pastores conducen en trashumancia un enorme rebaño de 800 ovejas, ayudados por tres burros de carga, tres perros y la cría de uno de ellos. Pero lo que marca de forma indeleble la película es que inicialmente lo hacen por caminos de una Suiza con un palmo de nieve.
En el camino, un error de ella, más inexperta, mete al rebaño en un campo de colza, y los esfuerzos que deben hacer para volverlos al camino sin que se zampen media cosecha son enormes.
Con el trato van identificando a las ovejas que más caso les hacen y tienen madera de líderes. Les ponen un nombre, un cencerro y serán las que hagan tomar el buen camino a todas las demás. Cuando quieren desviar la ruta, les basta con llamar y prometer a Tabasco, Marilyn o alguna otra un mendrugo de pan, pues se ve que se pirran por él, y la cosa está hecha.
Ellos dos duermen en una tienda de campaña o al raso, son acogidos para alguna que otra cena por lugareños que cada año recuerdan con ellos tiempos pasados y van notando que esa vida se acaba, pues lo que aumenta anualmente es “Disneylandia”, las casas de segunda residencia, que les van dificultando cada vez más el paso. Pero la mayor parte de las noches comen con sus perros alrededor del fuego que han encendido, junto a un rebaño que, sí ha habido suerte, dormirá bien, porque ha comido mucho pasto.
Manuel von Stürler se mete con su cámara y aparatos de sonido por el medio, sin explicar nada, procurando pasar desapercibido, como uno más del grupo y somos los espectadores los que vamos descubriendo las técnicas, los placeres, la pasión que estos supervivientes muestran.


 

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