Poseer tan mala memoria tiene muchos inconvenientes, pero alguna ventaja. Una evidente es que puedes disfrutar como si se tratase de una primicia volviendo a ver una película que has degustado hace relativamente poco, como fue anoche en la Filmoteca el caso de "Creadores de imágenes" ("Bildmakarna", Ingmar Bergman, 2000). Recordaba haberme llevado a casa, procedente de una biblioteca, su DVD, haber comenzado su visión arrugando la nariz ante una forma televisiva que no resultaba de mi agrado y haber ido cayendo rendido poco a poco en sus redes, para quedar al final totalmente convencido de sus bondades.
Todo ese proceso se me reprodujo anoche en una sala grande de la Filmoteca bastante vacía, aunque quizás sea eso atribuible al asqueroso bochorno de estos días y a la hora tardía de su proyección. Como es una pieza no muy divulgada, quizás convenga decir que la vuelven a pasar de aquí a una semana, a la misma hora nocturna, y que su visión, en mi opinión, merece, y mucho, el esfuerzo.
La casualidad (o quizás no, y ha sido programada a conciencia) ha hecho que en la misma Filmoteca se viera hace muy poco "La carreta fantasma", de Victor Sjöström, que tiene un papel protagónico en la vida de Bergman... y en esta realización suya para TV. El argumento: Sjöström, su director de fotografía y una joven actriz amante del director (ésta de forma fortuita) se reúnen con Selma Lagerlöf para proyectarle algunas secuencias de la película que acaban de realizar, basada en una historia suya.
Teatro televisivo, pero llevado por la maestría de Bergman hacia sus temas (la dramática incidencia del ambiente familiar en el desarrollo de las personas) y sus constantes formales (sostenidos y emocionantes primeros planos de sus actrices). Con una increíble Anita Björk cuyo conmovedor gesto final, acariciando una figura en la proyección que tiene lugar sobre la pantalla, creo que recordaré, en esta ocasión, mucho más tiempo.
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