Tarde de estrenos hoy en la Filmoteca. Por un lado Paolo Taviani venía a presentar la última película de los hermanos. Me dicen que es una película sencilla, pero de las mejores de su última época. Desgraciadamente, me había comprometido a ir a ver otra película italiana en la otra sala, en horarios incompatibles: "Les unwanted de Europa" (Fabrizio Ferraro).
Valerio Carando, organizador de la sesión, hizo de productor asociado del film, lo que le permitió seguir de cerca todo el rodaje y escribir el libro que ahora saldrá en Italia: "In desideratum". Ha señalado en la presentación que no se trata de un biopic sobre Walter Benjamin, sino una película benjamiana, que es distinto. Me falta conocimiento de Banjamin para ratificarlo o denegarlo. La peripecia de Benjamin, no obstante, está del todo reflejada. Por su parte Vicenç Altaió, que hace en el film de actor -en una escena que desentona bastante de todo el resto- ha explicado que hace de actor para estar al lado de algunos autores, viendo cómo ruedan. Pau Riba, también actor, no ha querido subir a la tarima.
Al empezar la proyección un letrero explica el atractivo tema del film: Soldados republicanos pasaron en 1939 por los Pirineos huyendo hacia Francia. Poco tiempo después era Walter Benjamin, como otros huidos del nazismo, quien hacía el camino inverso. Dos viajes opuestos, dice el texto, ambos con final dramático.
La plasmación de esos trayectos es lo que constituye el grueso del film. Escenas nocturnas iniciales de mal ver en un monitor y poco después vemos a una guía conduciendo a una madre y su hijo y a Benjamin con su a estas alturas famosa cartera decididos a cruzar la frontera monte a través, siguiendo abruptos senderos, pero también a unos supuestos milicianos armados (con un uniforme poco coincidente con el de las imágenes que nos han llegado) haciendo el trayecto opuesto intentando esquivar a los gendarmes franceses. Una música (en los títulos de crédito he leído que se trataba de unos cuartetos de John Cage) irrumpe cuando, viendo el paisaje, unas gotas de lluvia mojan el objetivo. En otra ocasión la música surge ante la contemplación de un mapa de Europa, y todo apunta a que es Haydn, con grandes posibilidades de tratarse del himno alemán.
Entra la película en esa corriente tan actual de planos sostenidos hasta el aburrimiento, sólo compensado con la intensidad de una rica banda sonora, el efecto del viento y cosas así. En un momento Benjamin se pone a dormir en un hueco que se ha preparado en un socavón. Habría que sacar el cronómetro...
Sabiendo a lo que te enfrentas está muy bien realizada, y si no echas alguna siestecilla de tanto en tanto puedes quedar bien envuelto por todo el ambiente creado, pero voy a ser sincero: El coloquio posterior ha sacado punta al film hasta el infinito, quizás resultando algo excesivo. Valerio Carando ha dicho que nos encontrábamos ante un western para justificar el título y ha afilado su interpretación de todo lo que puede significar la frontera, justificando con ello la utilización de idiomas diferentes y nunca acordes con el actor que los utiliza. Vicenç Altaió, que ha reservado su participación hasta tener su discurso elaborado, ha empezado hablando de personajes en zig-zag continuo y así. Entonces se ha abierto la veda y desde diferentes sitios del patio de butacas ha habido interpretaciones filosóficas de hondo calado.
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