Reconciliación total. Hoy sesión triple dedicada al Jean Epstein bretón, con el leitmotiv del mundo del mar. La primera, y a mi gusto la más impresionante, era “Mor vran” (El mar de los cuervos”, 1930), que ha amortizado rápidamente el viaje hasta la Filmoteca.
Está centrada en la vida en unas islas del extremo de la Bretaña francesa, y sobre todo en la de Sein. Pocos habitantes, todos ellos calzando zuecos, tres cementerios, de los que dos dedicados a gente fallecida en el mar, una terrible presencia constante, para bien (la pesca, el trabajo de los hombres) y para mal (los continuos naufragios). Un entorno que recuerda, como no podía ser de otra manera, la dureza de “Hombres de Arán” (Flaherty)
Se centra algo en el trágico (no) regreso de unos pescadores desde el vecino puerto de Brest, apresurados, imprudentes, para volver a casa.Epstein embarca y recoge el mar agitado, siempre con un palo del barco como referencia. O mira cómo el mar rompe contra el dique que protege a la pequeña población, donde las mujeres vestidas de negro trabajan. No siempre son tomas nítidas. La niebla hace que, de vez en cuando, se trate de imágenes borrosas, saturadas de un agua que lo invade todo.
En un momento dado, Epstein retrata a un viejo marino (foto del comentario 1) ahora en tierra, “oyendo a la mar”. También dice –habla de los faros- que el mar tiene sus propios ojos. Un buen enlace con otra entrada que haré sobre otro film de la misma sesión…
Ya me he apuntado otra serie de islas a las que quiero ir a explorar, en vacaciones. Ahora, si preguntas a Google por la Île de Sein, la primera entrada que aparece es la de reservas de Booking.com a los cinco hoteles de la isla. No sé si iré con o sin zuecos.
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