"Coeur de gueux" (Jean Epstein, 1936; pasada ayer tarde en la Filmoteca junto a "La Bretagne") es una divertida comedia de mundo sofisticado hasta que, alcanzados sus dos tercios, deriva, con niño natural y todo por el medio, hacia un carrinclón melodrama, que acaba a satisfacción de todas las almas cándidas.
Hasta que no pega el nefasto giro permite pasearse agradablemente por el lujoso y moderno mundo años 30 de la radio, las casas de modas, los perfumes, en un repaso de escenarios art decó nada despreciable, y con muestras de la marca Epstein (juegos visuales en los recorridos en coche por carreteras rodeadas de árboles, paseos en barca o viajes en tren) muy disfrutables.
Iba a escribir que recupera de "Eau vive" a un actor y a un chiste de esos de repetición (el divertido personaje que deja a todos intrigados por cómo seguirá la frase siempre inconclusa que empieza con la expresión "una de dos: o..."), pero ahora veo, viendo los años de producción, que fue al revés. Se los llevó a la película de encargo, haciéndola más permeable para los espectadores.
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