viernes, 15 de septiembre de 2023

Il sol dell’avvenire

Como dar la vuelta a un estado de ánimo.

Viejo carcamal disponiéndose a ver en el televisor, con su familia, “Lola” (solo aparece la carátula, en la que Demy se la dedica a Max Ophuls), se regocija mostrando que sus manías le vienen de antiguo, pues aparecen ya en sus viejas películas.

Ir a ver barrios de Roma, como señala el cartel de la película, con un patinete sustituyendo a la Vespa.

Mazzini, “un barrio que se parece al Budapest de la época”…


¡Este es mi Moretti! Menos mal, porque por ver el día de su estreno “Il sol dell’avvenire” (2023) afrontamos ayer una trompa de agua que nos hizo llegar al cine (Boliche) empapados.
Haré aquí una confidencia. Hace mucho averigüé que Nanni Moretti nació exactamente el mismo día que yo, lo que consideré, sin dudarlo, como una evidente señal astral. No me parezco ni como nadador, ni como bailarín, ni de lejos tengo la habilidad que posee él con el balón, pero, salvo estas minucias, me siento completamente identificado con él. Eso lo vi con una claridad enorme en “Caro Diario”, pues viéndola creía ser yo quien expresaba cada una de sus fobias.
Nada mas empezar “El sol del futuro”, he vuelto a revalidar esa impresión de coincidencia. Está discutiendo el director Giovanni (Nani Moretti) con su equipo sobre el guión de la película que figura rodar actualmente, ambientada en la apasionada Italia de 1956, cuando se desespera por un técnico joven que confundía a los comunistas con los rusos… y con los zapatos sin talón que ve lleva su actriz principal, que acertadamente le suponen “una trágica visión del mundo”.
Hermosa síntesis de su cine anterior, que evoca continuamente e intenta culminar como no supo hacer en su día, Moretti no olvida hablar en su film de la violenta estética que ofrece el cine actual en los últimos tiempos, dejando claro, mediante una larga, divertida y a la vez emotiva secuencia, que hay opciones estéticas que van contra una mínima, irrenunciable ética. Lo hace apoyado en el asesoramiento solicitado allí mismo a toda una serie de sabios, identificados en el film (como el arquitecto Renzo Piano) o no, y rememorando él los siete dramáticos minutos de una escena de “No matarás”, de Kieslowski.
Eso y el homenaje, que le va al pelo, a “Lola” y a “8 y 1/2”, combinado con un certero encontronazo con Netflix y lo que representa, pueden suponer un buen resumen de la película a llevarse a casa.
Lo único que me ha desconcertado inicialmente es ver tan avejentado al personaje de Moretti. Exagera un poco en su interpretación, representándolo mucho más viejo de lo que es, ¿verdad?



Los decorados años 50 del film que rueda Giovanni, recorridos por su personaje.



 

2 comentarios:

  1. Dos en su terraza de Gracia6 de octubre de 2023, 12:02

    Y, a partir de la escena del coche, dan ganas de escuchar música Italiana.

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    1. La película ha servido, pues, para abrirte un mundo extraordinario

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