Pese a su nula o -cuando la hay- fría aceptación, me dije que algo había de tener una película como “Retour à la bien-aimée” (Jean-François Adam, 1979; en TV5Monde) cuando constaban en su ficha como protagonistas Isabel Huppert, Jacques Dutronc y Bruno Ganz; como co-guionistas con el director Jean-Claude Carrière, Benôit Jacquot y Georges Perec; como responsables de su música Antoine Duhamel y Franz Shubert y, finalmente, como director de fotografía Pierre LHomme.
Y sí me parece que es digna de verse, superando ampliamente lo que se suele programar habitualmente. Quizás no tuviera en su día la respuesta que podría haber tenido por esos personajes notoriamente hieráticos, cosa a la que no se asociaba entonces prácticamente nunca lo que bien podía conceptuarse como un polar. Un polar rodado principalmente en una casa que, como dice el inspector (interpretado por el mismo Adam), “más que hermosa es misteriosa”. Y con un final entre operístico y fantasmagórico.
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