Joan Moret, responsable del cineclub anfitrión, dando la bienvenida al magnífico teatro municipal donde se celebró la asamblea y explicando quién era el doctor Adler, que da nombre a su cineclub.
Elena Neira
Ayer, en una especie de ciudad a lo Blade Runner de tres zonas, 40.000 habitantes en invierno, esperando que llegue la marabunta que los multiplica por una buena cifra en verano en forma de turista masivo amante de las cervezas, en la que
A/los centros comerciales de todo tipo se intercalan con enormes hoteles de cuatro estrellas que ofrecen balcones y terrados con piscinas, ambos con vistas a la rugiente carretera urbana.
C/un frente marítimo , frente a una bella playa, presenta una alineación de modernos edificios de unos diez pisos , ante los que pasean en una y otra dirección grupitos de despedidas de soltera, vestidas como suelen para estos agradables acontecimientos, mientras terrazas acostumbradas a la cama, digo, la mesa caliente, sirven comida marinera y sobre todo cervezas, muchas cervezas.
En esa ciudad, Lloret de Mar, digo, se celebró la Asamblea anual de la Federació Catalana de Cineclubs. Y, para instruir a esta gente, que en general ya tienen una edad, por la tarde, después de una larga comida, hubo para sus asistentes una charla de Elena Neira, especialista en las “streaming wars”, quien, después de explicar lo que ha pasado en el terreno de las plataformas y de rebote en el de todo el comercio del espectáculo del cine, estuvo explicando los hábitos de esos marcianos que son la gente joven y propuso que formáramos un cineclub en Tiktok, un sitio de los móviles y así donde parece que hay “contenidos” que se miran y si se empiezan, no se acaban.
Una serie de acrónimos de palabras inglesas marcan este universo.
Cifras espeluznantes del consumo del tiempo en audiovisuales.
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