El mensajero, de aquí a allá en una vieja, potente y bonita moto.
Llevando en la moto un paquete…
Todo centrado en un entorno que se llevó la Historia.
Era ya una película de culto, y yo sin saberlo. Y, por una vez, la admiración sentida al verla, con su narración (voz en off en ristre) felizmente encadenada, su sensación de estar ambientada en un entorno mítico, irrecuperable, su juego con “Vértigo” y su idea romántica de la doble oportunidad, hace que sí, que no la apees del nivel ese de película de culto.
Estoy hablando de “Suzhou River” (Lou Ye, 2000; en el Zumzeig). Posiblemente lo mejor que puede verse ahora en la cartelera.
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