domingo, 7 de agosto de 2016

Bon voyage

Patrick Modiano firma como co-guionista de “Bon Voyage” (Jean-Paul Rappeneau, 2003), el disparatado film de aventuras y vodevil que ha pasado hoy la Filmoteca, cumpliendo la mar de bien las expectativas de una tarde veraniega como ésta.
Entiendo que el papel de Modiano ha sido únicamente el de dar un barniz de fundamento histórico a la trama, puesto que es un gran conocedor de los hechos que rodean, desde su inicio, a la Francia ocupada, de la misma forma que nos está demostrando Carlos García-Alix, con la extraordinaria serie de fotografías (muchas inéditas) que está colgando sobre estos mismos días del Madrid de hace 80 años, cuán conocedor es de los intríngulis de los hechos revolucionarios del 36.

El abandono de París en junio de 1940 en el último tren hacia el sur, el puente de piedra de la ciudad de Burdeos (última oportunidad de salir en barco de Francia) atiborrado de gente, coches y carros repletos de todo tipo de equipaje, la última reunión del gobierno de Reynaud en la ciudad y la primera de Petain,… Todo esto aparece mezclado con la trama aventurera y vodevilesca de la película, que hace aparecer aunque sea de refilón a todo un elenco de personajes (Petain, De Gaulle,…) y actores (Isabelle Adjani, Gérard Depardieu, Virginie Ledoyen, incluso un Peter Coyote en espía alemán en una ciudad que debió ser por un momento como la Lisboa de poco después).

La película tiene la habilidad de mostrar unos hechos muy trágicos sin que la sonrisa desaparezca de la cara del espectador. Un ejemplo: La popular y voluble actriz (I. A.) que siempre se arrima a quien más y mejor le puede ofrecer, es abandonada en medio de un parterre. Todos los refugiados que están sentados por ahí al no tener otro sitio donde reposar, y la deben conocer por fuerza como actriz, atienden mudos, asombrados, al espectáculo –por una vez gratuito- del melodrama.
Si alguien tiene la oportunidad de verla por algún lado (sería un programa ideal para un cine al aire libre, por ejemplo), que se fije en el (pequeño) personaje del chófer del científico, que está pendiente de su coche y de recibir una llamada de su madre: Con pequeños elementos como éste se construye un buen guión.

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