Xavier Antich, para contextualizar “Heimkehr” (Gustav Ucicky, 1941), ha ido relatando esta noche en la Filmoteca cómo fue dándose el avance del nazismo y del Reich durante los años 1938 a 1941. Las tropas alemanas iban invadiendo en horas, sin resistencia alguna, Austria, Checoslovaquia,… y he tenido la sensación de que por la sala Chomón, casi completamente llena, ha recorrido entonces un general escalofrío. Un completo silencio se ha impuesto entre el público, escuchando y yo diría que visualizando como nunca la situación narrada por Antich, que ha sabido trasmitir esa búsqueda del “espacio vital” que impulsaba a los nazis. Le han pedido que contextualice el film, y vaya si lo ha hecho...
Por lo demás, “Heimkehr” empieza con una carátula en la que el título está sobreimpresionado sobre un campo de cultivo. Esa tierra, la tierra sagrada, a la que volver, que preconiza el título. Como ha recalcado en la presentación, un film como éste podía servir en 1939 para manipular a la opinión pública extranjera sobre las razones para invadir Polonia, una población de la cual, con una notoria minoría alemana que es perseguida y a la que hacen la vida imposible unos zafios y crueles polacos, protagoniza la acción. Pero se da la circunstancia que el film fue rodado en 1941, y los destinatarios del film ya no eran entonces los extranjeros, sino los componentes de ese imperio alemán, objeto del adoctrinamiento nazi.
Todos los papeles históricos se invierten en la película. La minoría alemana es vilipendiada hasta lo intolerable; los polacos se militarizan hasta el infinito; los alemanes, finalmente, son hacinados en camiones (fotograma colgado) y en prisiones para su exterminio.
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