Hoy he asistido a una conferencia dedicada a Buster Keaton. Pero, al margen de la gozosa contemplación de alguna secuencia de sus películas, he salido con una cierta frustración.
¿Por qué acudir a las ‘idées reçues’ en la panorámica sobre su vida y obra, en vez de acudir al terreno fértil (y muy productivo para futuros cineastas) de analizar y poner en evidencia, por ejemplo, sus diferentes pero recurrentes formas de construcción del gag?
Ahora mismo me vienen a la cabeza esas imágenes equívocas para el espectador, con un doble fondo escondido, que se descubre para hacer estallar la carcajada; o el gag inesperado surgido tras haber dado amplias expectativas de un gag que no se produce; o las múltiples ocasiones en que su personaje debe luchar ante el exceso de lo que reclamaba: venciendo él solo a todo un ejército enemigo cuando se le exigía el valor público del alistamiento (“El maquinista de la General”), esquivando la marea de mujeres casamenteras cuando buscaba una novia para casarse en 24 horas (“Seven chances” -la de la foto-), etc.
No hay comentarios:
Publicar un comentario