Depardon viaja por pueblos de Francia para retratarla con una cámara que hace fotos de gran tamaño mediante una exposición de un segundo. Si hay movimiento de coches y personas, saldrían movidos, por lo que ha de esperar que desaparezcan. Nos lo explica esperando que dejen de pasar coches y una persona que se apoya en una muleta en este cruce
Con su agencia Gamma fue a rodar todos los conflictos del mundo. Creo que esta imagen corresponde a disturbios en Venezuela en 1963. Se quedó solo cuando los demás del equipo se fueron, asustados. En otra escena Claudine comenta que las balas silbaron a unos metros, y se aprecia que es verdad.
Raymond Depardon se desplaza con su cámara, mirando donde hacer una foto. Vio al peluquero del local de la derecha y en un plano siguiente lo vemos cortándose el cabello, escuchando que le dice de su negocio.
El ciclo que la Filmoteca dedica a Raymond Depardon es, desgraciadamente, muy corto, pero en compensación contenía y ayer proyectaron “Journal de France” (Raymond Depardon y Claudine Nougaret, 2012), una a mi modo de ver emocionante y sensacional tarjeta de presentación de la totalidad de la obra cinematográfica del famoso fotógrafo.
En ella se entrecruzan escenas rodadas especialmente en las que se ve a Depardon recorriendo con su camioneta y su vieja cámara de placas pueblos ligados por carreteras secundarias de Francia (“después de haber recorrido todo el mundo y sus conflictos, la necesidad de silencio”), con un repaso cronológico, servido con la voz en off de Claudine Nougaret, de secuencias de buena parte de sus films.
Gracias a la película se puede comprobar y confirmar sus declaraciones del día anterior, con detalles como que:
-siguió inicialmente acontecimientos por todo el mundo. Vio cosas en verdad terribles, asumiendo un riesgo enorme, brutal. Pero me encontré durante la proyección pensando que no había mejorado ninguno de los panoramas presentados, al contrario: más bien habían empeorado.
-en sus primeros films la cámara bailaba constantemente de un lado a otro para, a partir de “Urgences” (1988), empezar a fijarla y casi hacerla desaparecer, dando paso, en plenitud, a la también preexistente mirada y a la necesaria y atenta escucha.
Un poco antes del final de la película, Claudine señala que, de tanto en tanto, Raymond Depardon siente el impulso de ir a no importa qué lugar del mundo. Lo que nunca hacen en sus películas sucede entonces: el montaje efectuado proporciona una hermosísima danza encadenada de planos y más planos, muy cortos, de diferentes lugares y, acabando un trayecto con un deslumbramiento solar que inunda toda la pantalla, empiezan los larguísimos títulos de crédito finales, con una vibrante canción de Patti Smith en la banda sonora.
Creo que me quedaré con ganas de ver más películas de este enorme fotógrafo y cineasta.
En 1986 fue a rodar un instante a Rohmer y su reducido equipo de “Le rayon vert” y ahí se encontró con una activa y simpática Claudine Nougaret quien, pasado el tiempo, comenta que, con la excusa de hacer pruebas, no cejó de tomarle venga planos y hasta se la llevó al desierto, a su desierto. Desde entonces están juntos.
Delante de un antiguo local de ferretería de uno de estos caballeros, ahora cerrado, que se reúnen ahí cada día. Foto, y otra más por si acaso. Mesurgió una duda. Estos días he visto que las imágenes de sus películas cubren las pantallas panorámicas de las salas donde se proyectan. En ésta se van insertando imágenes de sus películas o reportajes sacados por conflictos de todo el mundo, que supongo debió rodar con una cámara de 16mm. ¿Las habrán cortado para darles
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