viernes, 16 de febrero de 2024

Sesión especial Llorenç Soler


Detalle de una de las vitrinas. Al margen del cine, entre otras cosas Llorenç Soler pintaba, dibujaba, hizo cómics,…

Esquema dibujado por el propio Llorenç Soler para “Veinte proposiciones para un silencio habitado”

Esteve Riambau y Martí Rom durante su presentación.

Ayer, en la presentación de la sesión especial de la Filmoteca, Esteve Riambau explicó que aplazaron la sesión de homenaje que le correspondía a Llorenç Soler al poco tiempo de su fallecimiento para alejarla de una sesión previa en la que aún intervino el mismo cineasta, y en espera de una circunstancia como ha sido ahora la culminación de la entrega de todo su fondo de documentación (ya tenían películas, pero ahora se añadieron todo tipo de documentos, y no sólo de cine: guiones, dibujos, … y hasta del mundo de los toros; en unas vitrinas a la entrada de las salas se exponía una mínima muestra). Y acabó su intervención señalando que quien quiera estudiar la obra de Soler, a partir de ahora tiene un sitio inexcusable para documentarse…
Por su parte, Martí Rom, a quien Riambau propuso cambiar su nombre por el de Martí Pont, dado su papel de puente entre la Filmoteca y la obra de Soler, explicó de qué proyecciones iba a constar la sesión que él mismo había programado:
0- Se pasaron primero los dos minutos y pico que dedicó en su Telenoticies TV3, por intervención de Manuel Barrios, el día del fallecimiento del documentalista.
1-“Noticiario RNA” (1970) fue la primera pieza de Llorenç Soler proyectada. Martí Rom la definió, acertadamente, como un NO-DO surrealista, sarcástica parodia de la revista documental oficial, que se obligaba a pasar en los cines antes del largometraje.
2-Me sigue gustando el registro de esa fatalidad circular que narra “Gitanos de San Fernando de Henares” (1991), si bien el paso del tiempo le ha provocado un notorio deterioro, con pérdida evidente de color y nitidez.
3-Estando en Calatañazor, Llorenç Soler se empeñó en oír el silencio. Tomó su cámara y fue recorriendo los espacios de su casa, haciendo una ronda de bodegones en los que se va viendo que están cargados de sonidos.
Martí Rom programó acabar la sesión con esta “Veinte proposiciones para un silencio habitado” (2007), puesto que puede llegar a alcanzar un cierto tono testamental. Es verdad que por el final se aprecia la silueta del propio Llorenç Soler alejándose tras unos visillos, y estaba, con sus silencios, predestinada a ello, pero en la cabina tuvieron un error y cambiaron el orden, pasando en su lugar…
4-“Por quien doblan las campanas en Calatañazor” (36). Martí Rom había previamente agrupado todo ese grupo de películas de los últimos años hechas por Soler alrededor del pueblo soriano, donde compraron él y Anna Turbau, su mujer, una casa y se pasaban la mitad del año. Y a Calatañazor fue a parar “el Orson Welles de este señor”, que dijo Martí Rom apretando cariñosamente el brazo del director de la Filmoteca, durante el rodaje de “Campanadas a medianoche”, como documenta la película a partir de declaraciones de los habitantes que vivieron esa experiencia.
Pensándolo bien, no estuvo nada mal que la sesión acabara con esta pieza, pues venía a decir que, contradiciendo ese plano de la silueta fugitiva, personas como Llorenç Soler o el propio Orson Welles permanecen.
Pero, en realidad, la sesión no acabó tampoco así. En su presentación Martí Rom había acabado contando la anécdota que explicaba el documentalista, que fue a un restaurante frecuentado por policías y alguien le dijo, creyendo identificarlo:
-Te he visto por Jefatura, ¿no?
-No. Yo soy de los otros.
Llorenç Soler fue toda su vida -concluyó entonces Martí Rom, que lo identificó como uno de sus dos “hermanos mayores”- “de los otros”.
Pues bien: el vaciado de la sala se produjo bajo el sonido de un pasodoble que un amigo dedicó en su día a Llorenç Soler. Ese sí fue un buen final.

Uno de los reportajes del Noticiero RNA. La voz del locutor, con la tonalidad, ritmo y florido lenguaje del del NO-DO, hablaba de la procesión con motivo de la festividad de un santo.

El asentamiento original De San Fernando de Henares.

Llorenç Soler en su casa de Calatañazor, radiografiada desmintiendo los silencios en “Veinte proposiciones para un silencio habitado”.

Falstaff pasando por una calle de Calatañazor.
 

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