En Betevé tienen un programa que se llama “Barcelona... i acció!” por donde pasan películas rodadas en la ciudad. “Le voleur du Tibidabo” (“La vida es magnífica”, Maurice Ronet, 1964, que creo que la vuelven a pasar esta noche) desde luego cumple de sobras sus requisitos, porque a lo largo de su metraje aparecen todos y cada uno de los “atractivos turísticos” barceloneses de por la época.
Ese es el, desde mi punto de vista, el motivo básico para poder ser soportada hoy en día, sobre todo si para hacerlo he debido romper mi asentada decisión de no ver nunca versiones dobladas. Ese y unas cuantas apariciones, incluso bailando y a lo mejor cantando y todo, de Ana Karina, a quien Ronet hace un homenaje en un local que me gustaría -como algún otro- saber cuál era.
A pesar de lo inocuo por completo de la trama- viene a ser una astracanada con aspecto de cine negro- hay alguna escena que no sé muy bien cómo pudo pasar la censura. Por un lado, en una de las escenas iniciales todos los habitantes locales quedamos retratados como auténticos ladrones. Por otro, aparecen repetidamente un conjunto de policías armados que emulan a los Keystone Cops de las primeras comedias americanas. Una falta de respeto para los grises...
Actores españoles encarnan a unos bastante lamentables amigos de borrachera que hacen de bufones de la funcion. Entre ellos está, por cierto, Luis Ciges, pero no sé si compensa. Sí el Tibidabo, el barrio gótico, El Molino (¡Ana Karina figura actuar ahí!), lo que creo era la Via Augusta, el Pueblo Español, las Ramblas y hasta el terrado de la catedral.
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