Un cierre de iris, del diafragma de la cámara, enmarca con un círculo negro, antes de que desaparezca del todo la imagen, a una mujer acarreando equipaje, yendo por un camino arbolado. Ahí, en esa mujer alejándose por el camino, se condensa la representación visual de los films de Louis Delluc, que es la que, hasta hace poco, se podía ver a base de ilustraciones en revistas y libros.
Anoche la Cinematheque Française colgó en su página Henri el último film de Delluc, “La inundación” (1924), que comportaba ésta y otras imágenes de marca, como el paseo del padre y la hija reencontrada por la calle de árboles centenarios del pueblo, o el fatal encuentro junto al río relatado por el final.
Drama que narra una ilusión decepcionada, yo creo que vale también hoy en día para apreciar la vida en un pueblo, muy activo, de la época: el baile, el mercado, el lavadero, las maledicencias de las comadres,...
Georges Sadoul nos sitúa muy bien la figura de Louis Delluc: “Fundó en Francia la crítica independiente y los cine-clubs: Sí murió demasiado joven para dar plena medida como realizador (falleció a los 33 años), fue un remarcable guionista (...). Como animador y teórico, agrupó alrededor de su personalidad la escuela impresionista francesa (llamada también a veces ‘primera vanguardia’), con Gance, L’Herbier, Germaine Dulac, Jean Epstein.
A su vez, los responsables de la Cinematheque explican que las brumas y la humedad del Ródano, cuyas aguas se desbordaron por el tiempo del rodaje, fueron muy bien para la ambientación del argumento de la película, pero debilitaron la salud, ya frágil, de Delluc quien, falleciendo poco después, no pudo ya asistir al estreno de su película.
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