sábado, 3 de agosto de 2019

La doble vida de Veronica


Voy siempre al cine con una libretita en el bolsillo delantero de la camisa y un Pilot con el que escribir en ella. Cuando hay algo en la película que me sorprende o me llama la atención, cojo la libretita, abro el capuchón del Pilot (momento en que, como sobre todo al cerrarlo, es irremediable haga un pequeño ruido que siempre tengo miedo moleste a mis compañeros de butaca) y anoto algo, a oscuras. Luego veo que lo anotado se ha convertido en extraños y ondulantes gusanos negros sobre fondo blanco, formados por palabras o frases cortas con las letras comiéndose unas a otras. Algo de muy difícil comprensión, vaya.
Ayer, tras la visión en la Filmoteca de “La doble vida de Verónica” (Krzysztof Kieślowski, 1991), que supuso la transición del realizador de Varsovia a Paris -de la misma forma que hay en la película una transición entre las Verónicas de esas dos ciudades-, tuve bastante suerte, porque ahora he llegado a entender todo lo que anoté. Aclaro: entiendo las frases o palabras que escribí, no del todo por qué lo hice, pese a lo claro que lo tenía en ese momento. En vez de hablar de la película, de la que quizás no sabría decir poco más que propugna la existencia de relaciones espirituales entre las personas más allá de las que ofrecen los sentidos inmediatos, hoy únicamente transcribiré lo escrito (sólo en algún caso añadiré entre paréntesis alguna aclaración posterior). Eso ofrecerá, creo, una nota impresionista sobre el film. Quizás lo que, más que otra cosa, requiera:
-Se queda sola cantando (bajo la lluvia)
-Cámara carrera (ella detrás de una valla vegetal: los travellings de Kieslowski)
-Viaje tren bola cristal (y en ella un paisaje invertido: foto). Futuro. Un aviso moría.
-Crisálida (a la que le salen las alas y da pie a la mariposa)
-Compositor holandés clase (me juego algo que se trata de Van der Budermayer: en una próxima visión del film debería fijarme si ese nombre está escrito en la pizarra. Antes, por el pasillo hacia la clase, otro travelling Kieslowsky).
-Iluminación.
-Recibir correo (y la emoción correspondiente).
-Saber todo de ti. (Propósito confesado y en el film cumplido)
-Colores cálidos.
(Como es una película de sensaciones por encima de otra cosa, como digo, no está mal dejar anotadas solo alguna de las claves de esas sensaciones)

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