Cuando me preguntan cuál es el film de Truffaut que prefiero, suelo contestar, con aplomo, que "Les mistons" (1957). En el están, condensadas, muchas de las características del cine que haría más adelante:
- Esa mirada especial, dura pero comprensiva, al mundo de la infancia.
- Esa enorme tragedia siguiendo sin solución de continuidad, como compañera inseparable, a los momentos de felicidad absoluta.
- La voz en off como organizadora de la narración del film.
- Las congelaciones de fotogramas, para recalcar alguna imagen o idea.
- Las bicicletas como elemento proporcionador o evidenciador de felicidad. Ese largo descenso inicial de Bernardette Lafont, cruzando desde el Pont du Gard la ciudad y otras escenas de la película se avanzan a "La déscente de la bonheur" de "Jules et Jim".
- La música, como señala Conrado Xalabarder, como elemento del lenguaje cinematográfico. Aquí es de Maurice Leroux, pero bien podría tratarse del mismísimo George Delerue.
La pasan hoy, en pantalla grande, en los Cinemes Mèlies, como complemento de la que sin duda es la mejor película de la última etapa de Truffaut, "La femme d'à coté". Venga, va: A ver si llenamos por una vez el cine.
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