viernes, 23 de marzo de 2018

La femme d'à côté

Pasó ya anoche la penúltima sesión del ciclo Truffaut del Méliès. La sala estaba más llena, aunque me desilusionaron explicándome que la gran mayoría era de una clase de francés, que había salido para hacer prácticas. La edad media del auditorio bastante alta, con poca dispersión. Una chica de diecinueve años, que conocía de la Filmoteca, pugnaba ella sola por hacer bajar el promedio, a la vez que te permitía guardar una leve esperanza de futuro, de continuidad. La verdad es que no sé muy bien qué es lo que mueve y lo que no lo hace a un público más joven. Quizás si en vez de en el Méliès hubieran pasado el ciclo en un festival (pues esos sí que, sorprendentemente, son muy frecuentados por gente joven), habría sido un auténtico éxito, recordado con el tiempo. Porque tengo la convicción de que éstas de Truffaut son películas que gustan, por fuerza, a todo tipo de público...
"Les mistons" era el complemento de "La femme d'à côté" (1981), resultando muy bien emparejadas, porque ambas explican esa cosa que señalan varios films de Truffaut, de lo difusa que es esa línea entre la absoluta felicidad y la más grande de las tragedias, que puede llegar inesperadamente.
El mismo Truffaut explica que no acababa de ver la película hasta que dio con ese personaje de Mme. Jouvé, la gerente del club de tenis, que es la que narra toda la historia. Ya nada más presentárnosla la cámara, nos hacen ver su pierna ortopédica, generando desde ese momento la correspondiente intriga en el espectador por saber qué pasó para que llegara a esa situación. Más adelante, es hasta divertido ver cómo la cámara sigue al cartero dando diferentes y acentuados tumbos, de un lado a otro, para entregar un telegrama. La misma música de Georges Delerue echa una mano para que todos acabemos de picar el anzuelo intrigados, intentando saber a qué obedecerá, qué desvelará ese telegrama. Mme. Jouvé, al margen de excelente punto de vista para abordar con interés la trama, juega, con su historia, el mismo papel que el misterioso niño semi-salvaje de la clase de "L'argent de poche" o el más que intrigante perseguidor de Claude Jade en "Baisers volés": el de exitoso artificio de guión para atar al espectador con lo que ocurre en la pantalla.
Si hay que destacar una escena yo creo que muchos escogerán, al margen del majestuoso plano inicial/final, desde el helicóptero, la escena del parking, donde se da una exteriorización de una pasión oculta tan marca de fábrica del cineasta. La pareja pacta seguir como amigos, pero él le acaricia la mejilla a ella (un gesto por antonomasia de Truffaut, que lo hace repetir a varios personajes en sus films), hay un beso, algo profundo se despierta y ella cae fulminada por un desmayo.
Por lo demás, un poco de todo: Frases ya empleadas en "Las dos inglesas y el continente" (como ese "un amor ha de tener un inicio, un desarrollo y un final"), un cierre de iris para cambiar de escena destacándonos el punto de atención, una ocupación laboral extraña que aparece también en "Domicilio Conyugal" y "El hombre que amaba a las mujeres", Georges Delerue componiendo la música, un guión con elementos autobiográficos, etc. Más que suficiente todo como para convertirla en la más interesante de las películas de la última época de François Truffaut.
Hoy, también a las 20,15h, se despide el ciclo nada menos que con "La peau douce", aparentemente la narración de un caso más de un anodino adulterio. Pero la amante, una azafata, no es otra que Françoise Dorleac y es posiblemente el film de Truffaut que destaca más por su puesta en escena.
Voy pensando cómo me gustaría un segundo ciclo para revisar en condiciones, por ejemplo, "Los 400 golpes", "Tirez sur le pianiste", "Fahrenheit 451", "La marié était en noir", "La sirena del Mississippi", "L'enfant sauvage", "Domicilio conyugal", "La noche americana", "L'Histoire d'Adèle H", "L'argent de poche", "L'homme qui amait les femmes" o "La chambre verte". Bueno: podríamos añadir "Vivement dimanche" y daría para tres en vez de uno...



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