Por fin ayer vimos en el MACBA "Poesia Brossa", que estará ahí hasta el 25 de febrero. Como ya mucha gente ha hablando de la exposición, me detendré sólo en el "No compteu amb les dits", la película que hizo en 1967 Pere Portabella a partir de una serie de temas de Brossa, componiendo una pieza de 35 minutos que aún vista hoy sorprende.
Es una mezcla astuta entre dos tipos de escenas. Por un lado presentaciones banales, con modelos de una modernidad que aquí sólo se vislumbraba en el papel couché y en el cine, a las que sólo les falta las músicas de "nivel de vida" que Portabella incorporó en proyectos posteriores. Por otro lado, cosas de mayor calado aunque bastante camufladas (la guerra de Vietnam era de esa época y a eso casi se llega). Con esos dos componentes que actuando por contraste en ocasiones dicen mucho más que lo que aparenta, el metraje está estructurado como pequeños filmets, sin aparente conexión entre sí, como los que pasaban en la espera o pausa publicitaria de los cines de la época, separados por cortinillas de animación.
En las fotos, dos de las escenas más significativas cuando menos por su impactante fotografía (dirigida por Luis Cuadrado) de un blanco y negro muy contrastado. En una de ellas Mario Cabré (con una cara de susto que no sé muy bien si obedece a lo que le pedía Portabella o bien refleja el miedo que estaba pasando al no entender nada de lo que le pedían hacer) se dispone cautelosamente a tomar una ducha. En la otra, perteneciente a la escena que más me impactó en su momento, porque además yo vivía por el barrio, un cura (al que previamente hemos visto bajar las escaleras de los Josepets y entrar en una barbería de la manzana de la Plaza Lesseps arrasada posteriormente por la ronda de General Mitre) se dispone a que le corten el pelo.
Quien pase por la exposición que calcule el tiempo para dedicar su tiempo al film y no saldrá decepcionado.
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