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El soldado francés vigilando al piloto y avión alemán abatidos. |
Llevo siete días administrándome, casi como prescripción de salud mental y de cualquier otro tipo, un episodio diario de "La maison dels bois", la serie de televisión que Maurice Pialat rodó en 1971.
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Consecuencias del pic-nic. |
Hoy ha llegado su final, con el episodio que, según cuenta su montadora en los extras del pack de DVD, era el que menos agradaba a Pialat, que también lo explica en una entrevista de 2003 así mismo incluida. Según Martine Giordano lo hizo obligado por el guión, pero sin encontrarle casi ningún aliciente personal. Pialat, por su parte, señalaba que estaba lleno de convenciones, que no era en absoluto necesario y que la serie se habría podido acabar mucho mejor con el final del episodio anterior. Por mi parte, entendiendo lo que dicen y añadiendo además que se trata del episodio con más diálogos en una versión original que apenas he podido descifrar, diré que me ha servido para dejarme huérfano como Hervé, el niño protagonista, resignado -a la fuerza obligan- él a crecer y vivir lejos de la casa del bosque en la que tan feliz fue, yo a vivir el día a día sin un Pialat que echarme al gaznate.
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Lectura de la correspondencia. |
Ya di cuenta por aquí de la emoción y expectativas abiertas por el primer episodio. Anoto ahora, a vuela pluma, alguna cosa sobre los siguientes:
En el segundo parece que Pialat se de cuenta de que dispone de tiempo, por lo que no tiene por qué precipitarse y se permite alargar los planos, haciéndonos vivir el momento. El tercero es, sobre todo, el episodio de un pic-nic de la familia junto a un río, para el que Pialat tomó como referencia ratificada por Giordano la de "Une partie de campagne" de Jean Renoir, pero también el episodio en que más hace su aparición el humor, con esa discusión entre las dos madres de niños refugiados que van a visitarlos precisamente un día en que no las esperan. El cuarto episodio es, sin dudarlo, el de la guerra. Las topas moviéndose de un lado a otro aparecen hasta en los títulos de crédito, impresionados siempre sobre un par de planos especiales, que suelen dar cuenta del tema principal del episodio. El quinto es el del conocimiento de una gran pérdida, justo después de que toda la población deba evacuar con sus pertenencias básicas sus casas... para regresar a ellas al poco tiempo. Por último, el sexto episodio es el de la alegría del armisticio y el de las despedidas, remachado, como señalo al principio, en el séptimo y último.
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Añadir leyenda |
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La maison des bois según Pialat. |
Como ya hablé al referirme al primer episodio de las características genéricas de toda la serie, que en general quedan confirmadas con su visión, lo que cabe ahora sería hablar de alguna escena precisa de la película, que da toda ella el tono y voluntad del film en su conjunto. Una muy especial sería la del final del cuarto episodio, que también es destacada en las entrevistas extras del pack: Previamente ha habido un combate aéreo, contemplado por todo el pueblo, entre dos cazas, uno alemán y el otro francés. El avión alemán es abatido y cae a un campo de cultivo, al que acuden corriendo críos y ancianos, hasta quedar paralizados y en silencio al dar con el cadáver del piloto alemán inclinado sobre el volante. La escena que quiero mencionar viene luego. La cámara recoge un plano general sobre el campo de cultivo en el que se ve, al fondo, el avión alemán abatido, custodiado por un soldado francés haciendo guardia. La cámara va acercándose, lo que nos permite ver que encima del avión está extendido, semicubierto, el cadáver del piloto alemán. Sigue el acercamiento de la cámara y, cuando todo haría prever que nos quiere enseñar en primer plano el rostro del muerto, vemos que lo que llama su atención es en realidad el rostro del soldado francés ahí plantado, sin duda un pueblerino metido a faenas militares.
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El sacristán llega a la zona de picnic donde han acudido todos los ocupantes de la casa del guardabosques.
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Hay más escenas destacables. Una de ellas la tengo apuntada esperando que me sirva para escribir un artículo para "La charca literaria", en esa sección de "Casi lloré de emoción al ver esa escena en el cine". Pero quizás lo más destacable es el tono general, que evidencia las razones por las que una ingente masa de espectadores, en absoluto habituados al cine moderno, quedaran atrapados en su día por la humanidad de la historia. Una historia sacada de un folletín seguramente infumable. De esos que Pialat, en una entrevista, decía que desearía que le encargaran rodar continuamente durante toda su vida.
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La camiseta y el sombrero de los que llegan y sacan a pasear en barca, para asemejarse a "Une partir de campagne".
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