jueves, 17 de diciembre de 2015

Rovira-Beleta. Crónica pendent


Por el año 2000, ha explicado Esteve Riambau, Rovira-Beleta cedió todo su material cinematográfico a la Filmoteca. Un largo proceso de clasificación siguió a eso, montándose luego la exposición que puede verse ahora en la sede del Raval, y que tiene, a mi entender, un gran interés, por cómo documenta toda una época de nuestro cine y a la misma ciudad en la que se rodaron sus películas.
Hoy se presentaba en la misma Filmoteca un elemento más, "Rovira Beleta, crónica pendent", de Lara Mateo Rovira-Beleta, que tiene como uno de sus elementos, precisamente, la preparación e inauguración de esa exposición. Como me caen bien esos proyectos de cineastas que se ponen a investigar sobre un familiar suyo, he acudido a ver cómo la nieta del cineasta ha atacado el tema (contando con ayudas de producción diversas: se estrenará en TV3 en enero).

Tiene el punto positivo de entrevistar a críticos y colaboradores que conocen muy bien el trabajo del cineasta y bastante más de lo que se trasluce en el documental su carácter, pero sobre todo tiene la feliz aportación de las mejores secuencias del cine de Francesc Rovira-Beleta: las que juegan con una escalera de patio interior, unas Ramblas regadas o un zapateado de Carmen Amaya. Intenta jugar en su estructura con la discutible visualización de lugares actuales, filmados y virados en blanco y negro, sobre los diálogos y apuntes de un guión nunca realizado por Rovira-Beleta y me ha parecido que no alcanzaba por ahí, ni en otras cosas que ha introducido, la tensión que aportan por sí mismas las escenas mencionadas.

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