miércoles, 16 de diciembre de 2015

Paulina


Ayer fui por fin a ver "Paulina" (Santiago Mitre, 2015. Sesión en los Melies). Sólo unas líneas para dejar dicho aquí que entro a formar parte de los convencidos por la película. Por lo valiente en hurgar en un tema que no es, como la postura adoptada por la protagonista, de esos que arrastran felices complicidades, pero también por lo seriamente que está tratada desde el punto de vista de su puesta en escena.
Cámara ligeramente inestable para definir inicialmente la relación de Paulina con su padre; un plano diríase que sacado de un western de John Ford sentando la amenaza que -como los comanches en la cima de la loma- se cierne sobre la protagonista; la distancia relativa entre Paulina y la receptora de su relato acentuada cuando toca; la forma de hacer notar un paso del tiempo sin reacción; el corte a plano vertiginoso captando la reacción del padre cuando se entera de una decisión tomada por su hija; una reja entre los dos, primero desde un punto de vista, luego de otro; el travelling final, con ella motor del movimiento.
Habría más, pero ya sólo con estas secuencias es suficiente.

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