Vista esta tarde de nuevo "Los viajes de Sullivan" (Preston Sturges, 1941), me ha vuelto a maravillar la ingeniosidad de unos diálogos que, estos sí, no se dejan llevar de ninguna manera hacia los lugares comunes. En cambio, toda esa conocida carga moralizante y didáctica me ha recordado las sesiones televisivas con cine norteamericano de buenas intenciones de tardes de sábado, en las que, por otra parte, fue donde la había visto varias veces. Eso, al menos para mí, entristece y disminuye la valoración de su apreciación, haciéndome entonces incomprensible que siga siendo mayoritariamente considerada una obra maestra de la comedia, a la altura de los Lubitsch o Leisen.
Viéndola (he encontrado por internet de ello sólo estos fotogramas) me he apuntado en la libretita un buen tema a desarrollar: Secuencias con mayordomos. Las hay impagables en la comedia americana. Suelen ser los encargados de proveer de juicios, línea de pasado, contraste sereno, visión de la jugada y en ocasiones hasta algo de chispa romántico-atrevida. Unas joyas.
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