Detrás de ese nombre de aire como mozambiqueño/catalán de Katinka Faragó, la Filmoteca nos reservaba una buena sorpresa para promocionar el nutrido ciclo Bergman (40 películas) que, desde ayer, nos va a aclarar el panorama durante un tiempo.
Mujer de carácter, que rápidamente deja apreciar su bonhomía y fuerte personalidad, acompañó profesionalmente a Ingmar Bergman durante muchos años, desde su papel de script en films como "Fresas Salvajes" hasta el de productora en films como "Fanny y Alexandre". Hoy se ha podido asistir a una entrevista con ella (ilustrada con unas cuantas escenas -22 minutos- de un documental que hizo sobre el rodaje de "La flauta mágica") y a su presentación y coloquio de "Sonata de Otoño".
Como resulta que "La flauta mágica" es de las escasas películas de Bergman que -lo siento- nunca he podido aguantar, la "Master Class" me ha dejado una sensación desigual, por no haber conseguido sacar de ella todo el jugo que creo que se podría realmente obtener.
De hecho, me he quedado básicamente con un par de cosas: Una primera, el carácter "tocón" de Ingmar Bergman con sus actrices y equipo para insuflarles confianza. Lo ha sacado a colación Esteve Riambau en base a la imagen de la cabecera, en la que el realizador está acariciando cariñosamente el cuello de la script durante una sesión de trabajo. Katinka Faragó lo ha explicado y justificado muy bien: "Para un actor estar delante de la cámara es como estar desnudo y es bueno que un director "les abrace", que se sientan abrazados".
Una segunda imagen con la que me he quedado ha sido la de la escena explicada de Ingmar Bergman en el rodaje de "La vergüenza", en la que se había de escenificar el incendio de una casa durante una guerra, gritando: "¡Más napalm, más napalm!"
En la presentación de "Sonata de Otoño" ha estado muy bien, orientando sobre las dos historias básicas de las que parte la película, de las que ya hablaré mañana. Lamentablemente, luego, en el coloquio, las preguntas del respetable eran algo que se alejaba de lo que una directora de producción del film (producido, además, hace 41 años) pudiera responder con conocimiento de causa. Han habido incluso preguntas de esas increíbles, que han hecho exclamar a Katinga, dirigiéndose a la sala, que por favor pensásemos en la ficción que habíamos visto y lo que nos suscitaba, sin elucubraciones sobre cosas relativas a relaciones de los actores con su vida personal. Que todos eran profesionales de la cosa...
Por suerte, al final, cuando le han hecho comparar a Tarkovski (al que produjo "Sacrificio") con Bergman, como ha podido responder sobre aspectos de lo suyo, de la producción, se ha visto el juego que puede dar esta mujer. Que, en cualquier caso, ha encantado a todo el mundo conocer.
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