María Cañas asistiendo con cara de mosquita muerta, de compungida modestia, a los halagos de la presentadora previos a su charla ilustrada. |
He ido a la Filmoteca más para ver el espectáculo María Cañas que a luego disfrutar de la película que ella misma presentaba dentro de la Mostra de Films de Dones, "La cosa vuestra", una muy pertinente visión de las fiestas de San Fermín y todo lo que las rodea. Y en eso de lograr con poca cosa, haciéndose la modesta, pero tocando a dar tras haberse documentado un montón, nunca decepciona, divierte de lo lindo y se mete al público en el bolsillo.
Quien la ha oído alguna vez ya sabe que, con su gracejo andaluz, se las da de tecnogarrula pese a sus eternos manejos, muy bien llevados, con internet y sobre todo con YouTube, que utiliza y de los que se apropia con una gracia importante. Pero es que también se las da de mirada inocente, de autodidacta, y de eso nada: Es una estudiosa de la comunicación y de los medios bárbara.
Se ha puesto delante de su pantalla y ha empezado a escoger y hacernos ver clips robados de aquí y de allá (sobre Zuckenberg, sobre la Cecilia que "restauró" aquel Ecce Homo y lo hizo nuevo) convenientemente manipulados para que le sirviera para su filosofía de la vida, que no es otra que la risastencia.
La nota desconcertante de esta noche ha sido oír a esta "virgen sevillana de los archivos" (como ha dicho la presentadora que, entre otras cosas, la llaman) decir que está cansada de tanto guerrear con los archivos y que va de retirada. No he acabado de saber si es algo que suele decir para que le rueguen que no lo haga y que continúe dando caña (nunca mejor dicho) o si algo hay de serio en ello. Solicita contactos con el mundo de los cómicos y así, a ver si le dan trabajo. Sería una lástima, la verdad, porque alguien como ella haciendo las cosas que hace es casi una necesidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario