sábado, 9 de junio de 2018

María Cañas en la Mostra de Films de Dones

María Cañas asistiendo con cara de mosquita muerta, de compungida modestia, a los halagos de la presentadora previos a su charla ilustrada.
He ido a la Filmoteca más para ver el espectáculo María Cañas que a luego disfrutar de la película que ella misma presentaba dentro de la Mostra de Films de Dones, "La cosa vuestra", una muy pertinente visión de las fiestas de San Fermín y todo lo que las rodea. Y en eso de lograr con poca cosa, haciéndose la modesta, pero tocando a dar tras haberse documentado un montón, nunca decepciona, divierte de lo lindo y se mete al público en el bolsillo.
Quien la ha oído alguna vez ya sabe que, con su gracejo andaluz, se las da de tecnogarrula pese a sus eternos manejos, muy bien llevados, con internet y sobre todo con YouTube, que utiliza y de los que se apropia con una gracia importante. Pero es que también se las da de mirada inocente, de autodidacta, y de eso nada: Es una estudiosa de la comunicación y de los medios bárbara.
Se ha puesto delante de su pantalla y ha empezado a escoger y hacernos ver clips robados de aquí y de allá (sobre Zuckenberg, sobre la Cecilia que "restauró" aquel Ecce Homo y lo hizo nuevo) convenientemente manipulados para que le sirviera para su filosofía de la vida, que no es otra que la risastencia.
La nota desconcertante de esta noche ha sido oír a esta "virgen sevillana de los archivos" (como ha dicho la presentadora que, entre otras cosas, la llaman) decir que está cansada de tanto guerrear con los archivos y que va de retirada. No he acabado de saber si es algo que suele decir para que le rueguen que no lo haga y que continúe dando caña (nunca mejor dicho) o si algo hay de serio en ello. Solicita contactos con el mundo de los cómicos y así, a ver si le dan trabajo. Sería una lástima, la verdad, porque alguien como ella haciendo las cosas que hace es casi una necesidad.

Una de las imágenes de que se ha valido para explicar las dudas que tiene entre religiones, después de valorar lo bien que se veía a Buda, tan gordito, tras conocer todo sobre el cristianismo, con un Jesucristo tan gore, todo el mundo sufriendo y tal.

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