viernes, 8 de junio de 2018

Prop de Hollywood


Los hijos de Claudi Gómez Grau, donantes del fondo y Esteve Riambau durante la presentación. Ella, con la voz un poco cortada por la emoción, ha agradecido poder ver las fotos que corrían por su casa reproducidas a un tamaño de superproducción hollywoodiense, lo que les ofrece, sin lugar a dudas, una nueva vida.


Esteve Riambau, que ha hecho de comisario de la exposición, la ha publicitado muy inteligentemente, hablando de leones en el Liceo, o de Sofía Loren en una cuádriga romana. Por ahí andan todos ellos y unos cuantos más.
La exposición "Prop de Hollywood" ("Cerca de Hollywood"), que se inauguró ayer en la Filmoteca, tiene la virtud de unir dos mundos que aparentemente son diametralmente opuestos. Por un lado el de las grandes producciones hollywoodienses que proliferaron por aquí en los años 60 y 70. Por otro lado el de la tradicional, tan próxima, tienda de fotografía del pueblo, al cargo de retratistas como los Gómez Grau (Claudi y Frederic), en este caso de Cervera.
Los hermanos fotógrafos fueron a trabajar a Madrid y empezaron a hacer de foto-fija en los rodajes que se fomentaron para dar una salida provechosa a los capitales norteamericanos que pululaban por Europa. Los hijos de Frederic, el hermano más pequeño -hoy presentes en la inauguración- estuvieron pensando, cuando falleció, qué hacer con el ingente material que fue acumulando en vida. Se trata de un fondo enorme, que está siendo catalogado y preservado, de entre el cual Riambau ha escogido sólo el correspondiente a diez de esas grandes películas rodadas, cinco de ellas de Samuel Bronston. Completan lo exhibido, en un difícil pero muy provechoso ejercicio de concreción, unos films amateur de Claudi que hacen las veces de "making-of" de esas conocidas películas, copias de sus carteles y cortes del NO-DO de la época, que siempre daba cuenta de ese tipo de rodajes.
No hay excusas que valgan para no darse un garbeo por la exposición. Como todas las de la Filmoteca, ésta, que es la que más me ha gustado de todas las últimas vistas en esa sala, es gratuita. Recomiendo, cualquier día que se disponga de una cierta tranquilidad, pedir en taquilla una entrada y visitarla. Se sale de ella con la impresión de haber viajado a una época -sorprendente- muy concreta de nuestro cine, de nuestra vida.


La jovencísima Geraldine Chaplin en el rodaje de "Dr. Zhibago".

Georges Cukor dirigiendo.

Nicholas Ray, meditabundo, hundido en su silla de director, dando peso a las teorías sobre su carácter vital y vicisitudes en este periodo de su vida.

Otra razón para ir a ver la exposición es ver en directo esta extraordinaria fotografía sin la masacre que le he inferido (he cortado, por ejemplo, a Anthony Mann, que aparecía por la derecha). Explica ella sola magníficamente la sensación de toda la exposición. La aparatosidad del Foro Romano y la proximidad de ese descanso en una pausa del rodaje.

David Lean. El de la gorra, junto a la cámara, es un Gómez Grau.

Julie Chistie en una pausa del rodaje.

Un efecto de puesta en escena adicional en la sala. La nieve cubre el suelo de la zona de "Dr. Zhibago".

El arca en medio del diluvio.


 

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