Empieza como un western. Cinco hombres sin piedad avanzan hacia la cámara por un pasillo, empapelado con carteles diversos. Llegan al saloon (a la sazón el comedor del Casino de Vic) donde les espera una mesa redonda preparada para la comida. Una vez sentados, un camarero va llevando paulatinamente el servicio a cada uno de ellos, ocasionando que expliquen por turno su historia.
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| Pablo Sancho y Tariq Porter (anterior y actual presidente de la Federación Catalana de Cineclubs) |
Los cinco hombres sin piedad son los miembros sobrevivientes de las primeras juntas del Cineclub V
ic, que ya ha celebrado sesenta años de programación, y sus declaraciones constituyen también posteriormente el eje que sigue, desde los años 50/60 a la transición, "Cineclub Vic, origens" (Miquel Pérez, Quim Crusellas, 2016), el documental que acompañaba hoy en la Filmoteca a la entrega de los Premios José María Nunes, los premios de la Federació Catalana de Cineclubs.
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El montador de "La propera pell". |
Me ha gustado ver el documental, que, como han dicho en su presentación sus autores, recupera una historia que puede asignarse también a otros muchos cine-clubs. En medio de reportajes filmados o fotografías tomadas en un Vic de la época, así como de secuencias de películas muy bien escogidas que dan el tono requerido, los cinco ex-directivos nos van explicando sus inicios bajo el paraguas del obispado, su arranque con dos sesiones previas proyectando nada menos que "Rashomon" (Kurosawa) y "El pistolero" (King), la comsecución del Premi Sant Jordi de 1965 al mejor cineclub, los concursos de cine amateur de los que saldría gente como Baca/Garriga y Eugeni Anglada, su peregrinación por los diferentes locales de la población, una programación -por lo visto en el film- de campanillas, etc.
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Paco Poch, explicando una de sus cosas. |
Pero lo que anima la función es, sobre todo, el cambio registrado con las "inquietudes", ya no sólo artísticas, que invadieron a la parroquia durante la transición. Los socios, tras pugna intestina de alto voltaje, decidieron divorciarse (film alegórico en las imágenes) del obispado, y apuntarse a seguir la actividad, pero ya en plan "civil", entrando en todas las batallas. Llega la muerte de Franco, con imágenes del Nodo, a la que les han puesto finalmente de banda sonora una cancioncilla de la época, "La fiesta", de Karina, para dar paso al cartel de "Continuará". Todos hemos salido contentos, con la impresión de haber vivido, al menos en algún porcentaje, todo eso.
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| Una de los jurados de los premios, Jordina Medalla, presentando a Eduard Escudero, de A Comtracorriente, la distribuidora que facilita el premio al cine-club ganador. Como todos los anteriores, ha valorado el trabajo de los cineclubs para que el cine llegue a los rincones más perdidos. |
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| Parte (había más en el otro extremo) de la junta del Cineclub Manresa. Lo que está claro es que sus sesiones siempre deben tener mucho público. |
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| Miquel Pérez y Quim Crusellas, autores de "Cineclub Vic, origens) |
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