Antes de abrirse las cortinas del cine de Torroella de Montgrí. |
24 entradas a 6 euros, 144 euros. De los que descontar lo que se le pague a la taquillera, el que corta las entradas (que espero sea él mismo el proyeccionista), la impresión y distribución de propaganda del programa, alquiler y derechos de exhibición, aire acondicionado, resto electricidad, amortizaciones e impuestos varios.
No salen las cuentas.
Spassky-Fischer en Reykjavik. |
A las 19h de hoy (la versión original era el viernes a las 22.15h, y a uno le entra ya mucha pereza...) se abría la cortina del escenario, descubriendo la pantalla que iba a recibir la proyección de "El caso Fisher" (Edward Zwick, 2014), que resulta ser lo esperado: mucho psicologismo barato, tediosos y repetitivos signos de trastorno psíquico del joven Fisher, con origen, cómo no, familiares, cosas así que harán que ningún espectador se convierta, impulsado por la película, en el nuevo prodigio del ajedrez. En Torroella, además, aunque la película hubiera funcionado como no funciona, esa posibilidad era doblemente imposible: ninguno de los 24 espectadores bajaba de los 50 años.
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