Divertido malentendido el sobrevenido a Hitchcock sobre Truffaut, de esos en los que al menos yo caigo frecuentemente. Lo explica Antoine de Baecque en su “La cinephilie” (Fayard, 2003, página 125). Pongo aquí una traducción sui-generis:
“Después de una visita relámpago a Nueva York, donde los dos amigos se reencuentran, Helen Scott y ese al que ella llama su “hitchcockino” desembarcan en Los Ángeles el lunes 13 de agosto de 1962, justo el mismo día del sesenta y tres aniversario de Alfred Hitchcock. Este último siente un cierto desconcierto: ¿debe reservar una o dos habitaciones en el Beverly Hills Hotel? Una vez guardados sus equipajes, los dos cómplices son recibidos para cenar en casa del maestro, en su villa de Bellagio Road, en Bel Air, barrio residencial de Los Ángeles cercano a Hollywood. Recibiéndolos, cosa que hace calurosamente, Hitchcock se siente aliviado: Truffaut no ha venido con su amiguita, sino acompañado de una respetable matrona más de veinte años mayor que él.”
(Una vez más me ha pasado eso de no encontrar quién fue el autor de la ampliamente difundida fotografía sobre la célebre conversación Hitchcock-Truffaut vía Helen Scott que he bajado de la red). Adenda: Gracias a mi documentalista de cabecera Joselure (que recomiendo efusivamente, incluso más allá de sus extraordinarias fotografías) ya puedo decir que la foto es del gran Philippe Halsman.
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