Anoche también pasaron en la Filmoteca una canción filmada, “La chanson des peupliers” (1931), y es curioso, porque eso de filmar a los árboles, las hojas danzando acompasadas al viento, se va viendo que es uno de los leitmotiv de Jean Epstein. Aparecían junto al río en “La belle Nivernaise”, como lo hacen en otras de sus películas para insuflar aires de misterio o, simplemente, vida.
En un momento de esta, por otra parte, bastante roma canción, aparecen entre las frondosas ramas bajas de unos álamos, azotados al viento, unos personajes, una pareja trajeada como yendo a tomar un picnic de la época de la aventura del motor. No sé si debe ser un trozo aprovechado de otro film suyo, pero todo un hálito de ficción inunda la canción y cortometraje.
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