jueves, 1 de agosto de 2013

La cifra impar

Hay casualidades que te dejan estupefacto. Estoy buscando secuencias relevantes sobre espejos y escaleras. Pongo para ver un DVD que me ha llovido de los cielos (del otro lado del charco). Se trata de “La cifra impar”, una película de 1962 de Manuel Antín basado en el cuento “Cartas de mamá”, de Julio Cortázar, y ya en la primera escena una mujer está ante un espejo, y ve dentro de un armario un retrato que podría hacer de espejo lejano. Acto seguido, abandonando el piso superior de esa casa llena de recuerdos, baja cadenciosamente una escalera de madera…
Entre el Buenos Aires del pasado y un París actual mal vivido porque interfiere un mundo de BA que no se resigna a desaparecer, se desarrolla la cinta, llena de espejos y reflejos significativos, con unos personajes que aparecen varias veces detrás de barrotes (de la verja del parque de las Tullerías, de forma repetida cercados por los barrotes de la cama matrimonial), caminando por un Fontainebleau que tiene bastante de Marienbad.
Y, junto a ello, la dicha de reencontrar los dejes de la prosa de Cortázar, con esas cartas y pequeñas torturas mentales recurrentes.

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