Aunque gratuito, no deja de ser un cine. Y además con la pega de unas sillas incomodísimas (salvo las inalcanzables tumbonas), debiendo ir con mucha antelación si quieres tener sitio. La película, además, aunque muy interesante, no es de aquellas que opinarías que llena las salas. Te acerca, eso sí, a la dureza de la vida en la estepa de Kazajastán: “Tulpan” (Sergei Dvortsevoy, 2008). Y, en cambio, está lleno de gente joven. No lo entiendo en absoluto, pero se produce todo eso que pasaba antes: Alguien lanza la propuesta: “¿Qué película escoges de las tumbonas para reunirnos e ir a ver?”
Jesús Franco no gana para desengaños en “El extraño viaje” desde la muerte de sus padres. Invoca al tiempo pasado continuamente: “¡Con lo buenas que estaban las peras del huerto de papá!” ¿Cuáles podrían ser esas riquísimas peras del huerto de papá, a conservar en la memoria? Aquí –Cine- se intenta recopilar y dejar visibles las impresiones a vuelapluma, en general sin documentación ni análisis previos, de la reciente visión de alguna película que me haya causado buenas vibraciones.
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