miércoles, 28 de septiembre de 2016

La exposición sobre Nunes

La prometida nueva visita a la exposición sobre José María Nunes en el Arts Santa Mónica la he pospuesto hasta hoy (ya cierra el 2 de octubre), pero ha corroborado eso que se piensa de los puntos que gana una muestra de este tipo explicada, al menos en cuanto a sus intenciones, por su comisario.

Joan M. Minguet ha empezado reuniendo a la gente que hacía la visita (registrada con camaritas de esas pequeñas por un par de personas, y una de ellas Manel Muntaner, quien en su día había colaborado precisamente en una de las primeras películas de Nunes) en la escalera del Centro, y dando las en su opinión tres grandes ideas que caracterizan al cineasta, y que ha intentado trasmitir. Si no me equivoco, más o menos éstas:
- Que nació radical y murió radical.
- Que formó parte de la rompedora Escuela de Barcelona, pero era de una clase social diferente.
- Que siempre mantuvo su compromiso con el anarquismo.
Minguet ha explicado las preguntas que se ha planteado en su trabajo. Cómo hacer una exposición a partir de una persona que hace películas es una de ellas, y no de menor orden. La respuesta que se ha dado: no poniendo sus películas en monitores, que siempre se ven así muy mal (si se puede disponer de tiempo suficiente para ello), sino interviniendo sobre las películas de Nunes. Ha extractado unas cuantas secuencias que, a su modo de ver, lo caracterizan bastante bien, y las ha confrontado con frases suyas que recogen su pensamiento en unos paneles.
El abrazo fraternal del cineasta a su personaje mientras suena "A las barricadas", rostros como el de Nuria Espert en "Biotaxia" mirando fijamente a cámara, el especial montaje de la muy del sesenta y ocho "Sexperiencias",... constituyen unas cuantas de las secuencias de los monitores.
Justo después de "Sexperiencias"llega la "Red room", toda un ala del piso de la exhibición forrada de fotografías y notas de agencia de las noticias, nada amables, que copaban la actualidad de 1968. Poca gente las leerá, como poca gente leerá las críticas, entrevistas y otros recortes que cierran la exposición, que parecen querer actuar sólo por acumulación.
Aunque modesta, construida sobre todo gracias a la aportación de materiales que ha hecho la familia, José María Nunes, quien fue el verdadero conocedor de la técnica cinematográfica de los de la Escuela de Barcelona, y que hasta me atrevería a decir que les infundió un cierto estilo, ya tiene su exposición. No se trata de presentar su obra en el MOMA, la Documenta o el mismo MACBA, pero seguro que hará conocer un poco más su existencia y su obra. Dentro de unos días aparecerá el libro que sobre él se ha confeccionado, y dentro de un año la expo viajará a Lisboa.
Yendo hacia casa he visto que el Barça jugaba en la Champions, y entendido que un forofo como Minguet se perdería al menos el principio del partido. Hay amores (a Nunes, en este caso) que matan. O no: Sarna con gusto no pica.














lunes, 26 de septiembre de 2016

L'enfance nue


Me hago autopromoción, enlazando un cortísimo artículo de La Charca Literaria, que ha aparecido hoy:
Si sirve para que alguien conozca la publicación virtual, que va creciendo a ritmo de dos artículos por día, tengo hasta perdón. Éste es su enlace. Sugiero ir a la parte inferior de su página principal, e ir explorando por sección o autor y, a la que se pesque uno interesante (juro que los hay muy buenos), a fondo con él.


 

domingo, 18 de septiembre de 2016

Savis: Joan de Sagarra

No vi el programa en su día, y hoy he dado con él por casualidad. Es joan de Sagarra en toda su esencia.


Dos películas españolas

Me suele molestar bastante cuando leo a uno que habla de las dos películas que acaba de ver comparándolas sólo por el simple hecho de haberlas visto una tras la otra, pero lo voy a hacer con dos españolas que han pasado en días sucesivos por la 2, ninguna maravillosa, una, a mi entender, bastante mejor que la otra, las dos de gran interés sociológico sobre los años en que fueron rodadas. La primera es "La niña de luto" (Manuel Summers, 1964). La segunda "Vecinos" (Alberto Bermejo, 1981).


Sus dos realizadores estudiaron en la EOC, y fueron en sus momentos respectivos considerados representativos del cine joven que surgía. Tienen ambas, como primer protagonista, más que a los personajes representados por sus actores principales, al ambiente en el que viven: la ciudad provinciana andaluza, atenazada por unas costumbres represoras en la de Summers; los nuevos edificios de las afueras de Madrid a donde se ven obligados a ir a vivir las jóvenes parejas, simulando una libertad de costumbres que en realidad no tienen interiorizada, en la de Bermejo.
Ambos aún con pelo en sus cabezas sus dos protagonistas masculinos: Alfredo Landa y un penoso Antonio Resines protagonista de escenas (una borracho, sobre todo) vergonzantemente malas. Ellas María José Alfonso y Assumpta Serna (simplemente Assumpta en los títulos de crédito), ambas en un papel de sometimiento, adorablemente dispuesta esta última a contentar al cafre de su marido.
Con personajes secundarios también muy significativos las dos. En la de Summers, a parte de alguno surgido directamente de sus dibujos, como ese palurdo que ha entrenado a su perro a saltar para sacarle la gorra, toda una familia de sacrificada gente vestida de negro. En "Vecinos" la retahíla de amigos generacionales de la peña, con un impresentable Carlos Boyero haciendo de sí mismo, o apariciones en cameo de gente como Felipe Vega.

Por un quíteme allá está película facha se ha criticado últimamente un montón el inacabable ciclo "Historia de nuestro cine" de esta cadena. A mí ya me va bien que no se acabe nunca. Para bien o para mal, con películas buenas, malas y hasta horribles, está realmente dando elementos para conocer bien la historia del cine español, pero también, simplemente, nuestra historia.

martes, 13 de septiembre de 2016

Sobre la marcha



Hay un momento de "Sobre la marcha", la última película de Gonzalo García Pelayo (la última al menos ayer, que hoy ya puede haber hecho alguna más: las hace de tres en tres) en la que te revuelves de satisfacción en la silla. No quieres perderte nada de lo que está pasando, que supera con creces lo que esperabas.
Ya has descubierto que no se trata, pese a las apariencias, de una emulación de "El arca rusa" de Sokurov. A los treinta minutos Javier García Pelayo ha salido del plano fijo del tren en el que ha estado dormitando, acosado por el calor, mientras en la banda sonora, "sobre la marcha", él mismo ha estado venciendo algo así como una apuesta y ha narrado a toda velocidad los desastrosos inicios por 1970 de Smash, el mítico grupo, asombrando con su música pese a los mil inconvenientes surgidos con los elementos y otras hierbas, divertidamente escenificados en tu cabeza gracias a la atropellada y divertida narración, por cierto que de imposible subtitulado. Todo había adquirido el carácter de apelotonados recuerdos reflotados en duermevela.
Javier, el hombre del sombrero y el parche en el ojo, se dirige entonces -"46 años después"- al enclave de la foto, en el que el que leo luego que es Javier Colis toca endiabladamente su guitarra eléctrica, sumergiéndole a él y a nosotros en el ritmo y atmósfera. Siguen entonces, en las que son las únicas escenas en las que la imagen no se ha construido para acompañar a la banda sonora, los recuerdos de una época y personajes míticos, narrados a viva voz por ese personaje resucitado, según él mismo evoca, del coma (y coincidencias de la vida, a uno le viene a la mente y le queda claro que no hay que despertar a Aute de su estado, hasta que él vuelva por sí), y por un extraordinariamente sereno, con su voz más susurrante pero a la vez más potente que nunca, Alberto García Alix. Y ya, llenos de gozo, presenciamos lo que el mismo Gonzalo nos había anunciado por Facebook que vivió hace poco. La cámara salta a seguir majestuosamente a dos moteros que, como si dos personajes de film de Peckinpah se tratase, surgen luego de repente, en sus cabalgaduras, de una negra nube de humo. Por casualidades de esas que digo yo que deben pasar cuando se hace cine sobre la marcha y eres García Pelayo, porque parece que la cosa no fue tan planificada como cuando Godard y Truffaut fueron con una barca para registrar las inundaciones de "Une histoire d'eau", coincidieron con el famoso incendio del depósito de neumáticos.

Cuando ya crees que todo funciona para dar protagonismo a Javier en sus recuerdos y sus pesquisas, la película vuelve a dar un doble giro, y vemos como él asiste, más bien pasivo, a una conversación entre boxeadores, y otra vez a ponerle imágenes (en esta ocasión un larguísimo travelling) a otra narración totalmente diferente. Es Óscar García Pelayo, su hijo, explicando la historia de su perro escapado de su casa, y buscándolo en las imágenes.
En el último plano Javier García Pelayo contempla desde lo alto cómo el tren se va, y él mismo desaparece de cuadro. En ese tren está seguro Gonzalo ya pensando, si no haciendo, su próxima película. Y no hay que descartar que no vuelva a recurrir a su hermano. Aquí estaremos esperando, impacientes.

domingo, 11 de septiembre de 2016

El caso Fisher

Antes de abrirse las cortinas del cine de Torroella de Montgrí.
24 entradas a 6 euros, 144 euros. De los que descontar lo que se le pague a la taquillera, el que corta las entradas (que espero sea él mismo el proyeccionista), la impresión y distribución de propaganda del programa, alquiler y derechos de exhibición, aire acondicionado, resto electricidad, amortizaciones e impuestos varios. 
No salen las cuentas.
Spassky-Fischer en Reykjavik.
A las 19h de hoy (la versión original era el viernes a las 22.15h, y a uno le entra ya mucha pereza...) se abría la cortina del escenario, descubriendo la pantalla que iba a recibir la proyección de "El caso Fisher" (Edward Zwick, 2014), que resulta ser lo esperado: mucho psicologismo barato, tediosos y repetitivos signos de trastorno psíquico del joven Fisher, con origen, cómo no, familiares, cosas así que harán que ningún espectador se convierta, impulsado por la película, en el nuevo prodigio del ajedrez. En Torroella, además, aunque la película hubiera funcionado como no funciona, esa posibilidad era doblemente imposible: ninguno de los 24 espectadores bajaba de los 50 años.

Ya han hecho la inversión en DCP. Eso les garantiza poder pasar todas las películas americanas. El fin de semana próximo, "Bourne". El otro, "Café Society", de Woody Allen. Ésta la he visto y me ha gustado mucho. Conviene verla en VO, porque el doblaje que he visto en el trailer es infame, con voces que quieren ser cómicas y lo estropean todo.
Y en cambio, por un par de momentos, muy pasajeros, cuando suena una potente banda de rock mientras Spassky se desplaza en un cochazo, cuando la llegada a la playa sulfera californiana o cuando el escenario islandés del campeonato del mundo de ajedrez, allá en los 70, te retrotraen a cosas familiares, por vividas, uno hasta puede intuir la fuerza que tuvo este tipo de cine, ahora ya muerto y enterrado.
Es de esas películas que acaban con letreritos blancos que explican qué se hizo de los protagonistas.

sábado, 10 de septiembre de 2016

La cosecha de Cannes 2015

Hace poco, la verdad es que con poco convencimiento, respondí a la carta (bueno: electrónica) de un amigo que, lamentándose de cómo se había deteriorado la cosa con el paso del tiempo, me enviaba una interminable lista de las películas que, habiéndose hecho en 1960 (y me decía que si cogía un año más o uno menos el resultado era parejo), las consideraba en verdad interesantes, mientras que ahora tenía dificultades para responder cuando se lo solicitaban con las diez películas del año.
Le contesté que tenía razón, que la lista era apabullante. Aún así, le decía que muchas de esas seguro que él mismo no las consideraría nunca, seguro, como "las diez mejores del año", y que sería bueno hacer un ejercicio parecido para el año pasado, a ver qué da. O, por si había visto poco del año pasado, de hace diez años.
Esta mañana me he acordado de esta correspondencia, porque estaba, con el retraso que me caracteriza en todo, mirando el número de verano (julio/agosto) de 2015 de "Positif", y me hacía cruces de las películas interesantes que habían pasado por el festival de Cannes de ese año. Hay más, porque hay unas cuantas que aún tengo por ver de las que me han hablado muy bien, pero me he entretenido en hacer una pequeña lista con las que -desde únicamente interesándome hasta entusiasmándome- he ido viendo:

- Las mil y una noche (Gomes)

- By Sidney Lumet (Buirski)

- Carol (Haynes)

- Hitchcock-Truffaut (Jones)

- Irrational man (Allen)

- Mia madre (Moretti)

- The assassin (Hsiao-Hsien)

- Paulina (Mitre)

- Mountains may depart (Zhangké)

- Trois souvenirs de ma jeunesse (Desplechin)

No es mala cosecha la del festival... A ver si sólo es cuestión de tiempo, porque cada vez veo menos cine, y voy poco a poco recuperando más.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Joaquín Jordá i...

Esta es la semana del cineclubismo en la Filmoteca. Cada día, un cine-club presenta una película no distribuida comercialmente. El jueves 10, a las 18,30, los del Cine-Club Associació d'Enginyers presentaremos "Joaquín Jordá i..." (Martí Rom, 2001), una que creo puede interesar a los que gusten del cine de Joaquín Jordá. Es un documental atípico de entre los producidos por el cine-club, tanto por su duración (78 minutos) como porque en él Jordá no va explicando aspectos de su biografía (eso estaría en este caso reservado para el libro que le dedicamos) sino que habla en su estudio de la calle de la Cera de su trabajo como guionista y traductor y -los bloques de mayor extensión- dialoga con Esteva Riambau sobre la Escuela de Barcelona, con Llorenç Soler sobre el cine militante, con Maite Kirch sobre "Monos como Betty" (era su última película estrenada) y con José Luis Guerin sobre el documental.

http://www.filmoteca.cat/web/programacio/cicles/setmana-del-cineclubisme-catala/joaquim-jorda-i-amb-presentacuo-a-carrec-de-marti

martes, 6 de septiembre de 2016

Setmana del Cineclubisme


Esteve Riambau presenta la Setmana, y anuncia nuevos proyectos comunes de la Filmoteca con la Federació de Cineclubs.

Hoy se iniciaba en la Filmoteca la Setmana del Cineclubisme, que seguirá a sesión diaria hasta el domingo (mañana, por ejemplo, se pasa la muy recomendable película de Pere Joan Ventura "No estamos solos" -2015-, presentada por su actual cine club, el Club Cinema de Castellar del Vallés). Para inaugurarla se ha proyectado un mediometraje de Núria Nia, "Aigua Ferma" -2015-, que sigue un par de meses las actividades de Blasa, una activa nonagenaria, en un balneario de Caldes de Montbui.
Lambert Botey, del Cineclub Associació Cultural de Granollers, presentando el proyecto "Vist par..." y el mediometraje "Aigua Ferma". Su realizadora, Núria Niu, a la derecha.

Era un producto de la beca "Vist par...", concedida en concurso anualmente por el Cineclub Associació Cultural, de Granollers, uno de los premiados gracias a esa iniciativa con uno de los tres Premios José María Nunes, que se han entregado tras la proyección. Otro premio Nunes, éste concedido por votación de los cine clubs federados, ha sido a "La Academia de las Musas" (José Luis Guerin, 2015), como película muy apta para su pase y discusión en una sesión de cine club, y un tercero para Romà Gubern, el veterano historiador de cine, como personalidad destacada relacionada con los cine clubs.
El actual presidente de la Federació de Cineclubs, Pablo Sancho, presentando los premios Nunes. A sus espaldas, Olga Iglesias haciendo de intrépida fotoreportera.

Gubern ha sorprendido explicando que no sabía que existiera una federación de cine clubs, para pasar luego, como tiene costumbre, a remontarse por sus recuerdos, que siempre contienen algún punto divertido o por lo menos curioso. Yendo hacia atrás ha explicado el panorama cineclubero que había en su juventud, durante el primer franquismo, en el que sólo había dos mundos: el de los la Iglesia y el de los del SEU. En el del SEU de la Universidad es al que debió ir a parar él, porque ha nombrado a Castellet y a García Seguí como mentores y compañeros.
Toni Cuadras, del Cineclub Igualada, otorgando el premio Nunes a "La Academia de las musas", de José Luis Guerin.
Rafaele Pinto agradeciendo el premio para una película -ha señalado- que ha recibido muchos premios, pero que le hace especial ilusión por ser otorgado por los cine clubs. Ha excusado la presencia de José Luis Guerin, que estrena estos días en Nueva York su película.
Santiago Lapeira, del Col.legi de Directors.
Componentes del Cineclub Associació Cultural (Lambert Botey al micrófono), agradeciendo el premio.

Y Romà Gubern, bolso en bandolera, el suyo.


sábado, 3 de septiembre de 2016

La doble cara de Peter Lorre


Quizás haya sido un poco injusto con "La doble cara de Peter Lorre" (1983), el film de Harun Farocki que abrió la sesión ayer a él dedicada en la Filmoteca. Es verdad que me entró mucho sueño viéndola, y que si quedé en algún momento algo traspuesto, no todo se debió a mi necesidad de dormir algo más. La monótona voz de Farocki y la estructura que le da a su película, enlazando bajo ese sonsonete foto tras foto de las intervenciones de Peter Lorre en una u otra película, sólo rota por la posible intensidad de alguna escena incluida, pueden situarse también en el banco de los acusados.
Pero dejando eso de lado, habría también que reconocer que la tesis del documental es fuerte y muy interesante. Situaría al Peter Lorre del mundo del cine entre dos papeles fundamentales suyos, en los que hace de asesino, pero de muy diverso orden. Uno es el primerizo pero inolvidable de "M, el vampiro de Dusseldorf" (Fritz Lang, 1931), explicando ante ese tribunal de gentes del hampa que actuar así está en su naturaleza, y él no puede hacer nada por evitarlo. Otro es el protagonista de una película dirigida además de interpretada por él en Alemania, en 1951, "El hombre perdido", un científico que detecta que puede cometer todo tipo de tropelías, porque las ocultará un poder que le necesita. Entre medio y sobre todo después, en Norteamérica, cuando él creía que ya todo le iba a venir cuesta abajo, sí le dieron muchos papeles en el cine, pero siempre para hacer reflejar una caricatura lamentable de los papeles que le hicieron famoso.
En la imagen, la máscara de yeso que vemos le ponen a Lorre al inicio del documental, y que le sirve a Farocki para explicar su título y elucubraciones con doble fondo sobre si es la máscara construida la que se parece a la cara de Lorre o es ésta la que adopta la imagen de la máscara.

viernes, 2 de septiembre de 2016

Jean-Marie Straub y Danièlle Huillet están rodando una película según la novela 'América' de Kafka


Mostremos todas las cartas sobre la mesa: Tenía previsto abandonar la sesión de la Filmoteca durante el film de Farocki dedicado a los Straub ("Jean-Marie Straub y Danièlle Huillet están rodando una película según la novela 'América' de Kafka", 1983) si el previo sobre Peter Lorre no me entusiasmaba y, seguramente alentada por el tono monocorde empleado por el narrador, mi somnolencia había hecho más que acto de presencia... La perspectiva del conjunto Straub/Huillet/Farocki, digámoslo ya, me atemorizaba un poco.
Pero me he quedado y, sorprendentemente, hasta me ha divertido y, posiblemente favorecido por su corto metraje (26 min), me ha reconfortado. En 2001 Pedro Costa rodaba "¿Dónde yace tu sonrisa escondida?", un episodio de la serie "Cinema de nôtre temps", dedicado también a los dos cineastas, en la que se les veía emplearse a fondo en el rodaje y más tarde en el montaje de su "¡Sicilia!" Aportaba información muy valiosa sobre el método de trabajo de los cineastas, sobre el papel de cada miembro de la pareja en el proceso de hacer un film y en su misma vida en común, y hasta sobre sus respectivos caracteres.
Pues bien: Casi 20 años antes Farocki había hecho y conseguido algo muy parecido con una Danielle Huillet y Jean-Marie Straub mucho más jóvenes. Los vemos dirigiendo machaconamente el ensayo de una escena. Luego, su rodaje. Un plano con un único actor que debe suponer diez segundos de película sale a la primera a plena satisfacción, según él mismo comenta, de Straub. Al poco tiempo, antes de hacer la toma treinta, con casi inapreciables variaciones sobre las anteriores, se le oye decir al mismo Straub: "¡Vamos a por la definitiva!" No podemos saber si lo fue (aunque apostaría que no), porque ahí acaba la película.

Cultura Film / Revista Filmada - 20


Un número extraordinario este último de Cultura Film / revista filmada. En sus 20 minutos nos deja percibir efluvios de Straub con las cartas a Hiperión, asistimos a un ensayo de una música que no nos dejará impertérritos y aunque no esté desgraciadamente muy de acuerdo con lo que expone (creo que, desgraciadamente, el TTIP no se ha abandonado, sino que se ha aparcado esperando aparcar convenientemente el Brexit), nunca está de mal repasar lo que podría suponer para acabar de hundirlo todo.
NUEVO número, 1 de septiembre.
El número 20 de la revista filmada.
Título: 'Grecia #4 - Escenarios, Cartas de Diotima a Hiperión', 'Assaig', 'TTIP ha muerto'. Redactores-filmadores: Emiliano Ovejero, Albert Lozano, Joaquín Regadera

Rabin, el último día


En el comité de investigación la pareja de jóvenes intenta inútilmente dejar sentado que, más allá del autor material del crimen, a punta de pistola, y de los fallos de seguridad, la responsabilidad del asesinato debiera caer sobre quienes lo han incitado y creado el clima para ello.

El caos reinando en el momento del asesinato, dando pie a pensar si no vendría dado por una conspiración. En la película, una inquietante música, junto a inusuales planos como éste (¿de una cámara real del momento, no del set de la película, recogiendo la escena?).

De tanto en tanto se recuerda: Israel es la única democracia real de la zona. En la acusación final de la película, hecha para llevar a la reflexión a los habitantes del país, curiosamente se refuerza esa idea justo mientras se la cuestiona: Se trata de una brutal acusación, directa, al Likud y a Netanyahu, actual primer ministro israelí, que difícilmente podría lanzarse y mostrarse en un film impunemente de no tratarse el país de una democracia.

Estoy hablando de "Rabin, el último día" (Amos Gitai, 2015, visible en Filmin), una larga, larguísima película (153 min) que, erróneamente, conceptúan como documental. En ella asistimos a la recreación de los detalles del asesinato de Isaac Rabin el 4 de noviembre de 1995, tras un discurso suyo en una plaza de Tel Aviv para apoyar el tratado de paz de Oslo, por el que se iba a la separación en dos estados -uno para los palestinos- de Israel. También aparecen recreados en la película ciertos hechos previos (la ocupación de un terreno por unos ultras para efectuar un nuevo asentamiento, consejos de rabinos en los que se lanza la idea de parar los pies como sea a Rabin,...) o directamente reflejadas otras de las grabaciones preexistentes (manifestación del Likud, con su líder incitando a llamar asesino a Rabin, noticias televisivas). Son recreados después también otros momentos posteriores (sobre todo, los trabajos de un comité de investigación creado con el encargo de discernir si hubo fallos de seguridad que facilitaron el atentado: un comité que corta toda posibilidad de hablar de las causas de fondo que han llevado al asesinato). Por último, recoge el film declaraciones específicas como las muy serenas de la viuda de Rabin, o las de un prólogo magnífico, en el que, sobre un fondo negro, una periodista interroga teatralmente a un sobrio Simón Peres sobre el tema. Ella le clava sus ojos, le lanza las preguntas precisas, y todo alcanza un grado de intensidad que luego nunca será tan alto.
La ficción: la camilla con el cuerpo de Rabin yendo a la sala de operaciones.

Porque, como dice Miguel Martín Maestro en su nota de "Nos hacemos un cine", que acabo de releer ahora, la película es valiente, pero no llega a dar del todo con la forma cinematográfica adecuada para vehicular su mensaje. Una cierta losa se me ha colocado encima cuando llevaba vista alrededor de una hora de película. Por suerte, no obstante, me he ido a partir de entonces concentrando más en el film y lo que cuenta, terminado convenciéndome. No hay tantos toques de atención como éste. En su parte final me ha recordado al aldabonazo que soltaron los nuevos cineastas germanos en 1978 en el también monumental (pero compruebo ahora que mucho más concentrado y corto) "Alemania en Otoño".
La psicóloga, mostrando una de las estrategias que surgieron, acusa a Isaac Rabin de persona esquizofrénica, que confunde sus ideas con la realidad, siendo una irresponsabilidad dejarlo en el poder. Un grito va insuflándose a la comunidad: "¡váyase, señor Rabin!"

Es bueno que el cine no abdique de este papel de dar avisos de este tipo para remover conciencias e intentar rechazar una línea de actuación nefasta. Aunque en este caso, desgraciadamente, y como también señala MMM, la situación actual, tras la multiplicación exponencial de los asentamientos, cualquier solución pacífica como la planteada está mucho más lejana que cuando, en el momento de los hechos, parecía que el tratado de Oslo podía ofrecer un cierto resultado.
Manifestación del Likud contra el tratado de paz de Rabin, que implicaba la cesión a los palestinos de parte del terreno paulatinamente ocupado con asentamientos judíos.