Perdí la apuesta. Me habían propuesto presentar ayer “El Sur”, de Victor Érice y, aún aceptándolo, había intentado convencer al organizador de que recapacitara: ¿Quién, a estas alturas, no ha visto la película más de una vez y no se la conoce casi de memoria? ¿Qué decir de nuevo sobre ella? Él siguió en sus trece, aunque luego me confesó que también creía que estaría casi vacío. Y no.
La respuesta que hubo de público, superando incluso la media de estas sesiones, fue una sorpresa positiva, pero también tiene su punto de inquietante: ¿Cómo es que gente de más o menos mi edad, en principio tildada de culta, no había visto nunca “El Sur”? Me parece inaudito.
Por suerte dieron muestra de salir contentos de la sesión, emocionados por el film. Una de las claves, creo, fue apostar por dejar hablar al mismo Victor Érice, mediante alguna contestación suya en entrevistas en las que siempre resulta brillante y, sobre todo, pasando después de la proyección esta especialísima entrevista que le hizo en su día Días de Cine en TVE, en donde explica que la película, tal como la vemos, es un film brutalmente mutilado y qué es lo que perdimos con la mutilación.
Respecto a mi nueva experiencia viendo la película, que no revisé antes expresamente, para poder gozar más -de una forma más fresca- viéndola, constatar lo familiares que se me han hecho todas sus secuencias (cosa rarísima para un desmemoriado como yo), ver que los colores del Blu-Ray utilizado en su pase mejoran un montón la experiencia de la fotografía de José Luis Alcaine con respecto a la copia en DVD que vendió en su día El País, corroborar lo fructífera que es la lectura de la película como emparentada (gracias a la devoción de Érice por Jean Renoir) con “The river”, hacer pensar de nuevo que el tema de “Confinaments” que escogimos para un nuevo “Ombres Mestres” que estamos preparando es demasiado amplio (porque el personaje de Omero Antonutti puede ser considerado también, como tantos, un confinado) y, por último, sacar la idea de un nuevo “Casi lloré de emoción al ver esta escena en el cine”. Toda la primera parte del film fue reafirmar las emociones ya sentidas en otras ocasiones, pero una secuencia (que no es la de la foto) que hasta entonces había pasado bien, pero sin especial emoción, ayer se me descubrió como nunca.
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