Tengo a Basil Dearden por uno de los directores británicos de más renombre de la postguerra, aunque básicamente lo asocio a alguna película de guerra.
Anoche vimos en Netflix “Cage of gold” (“Coacción”, 1950), con una Jean Simons que aparece, oscilante, bien como un bellezón, bien como una ama de casa con horrible permanente de esas típicas y con un actor de mucha presencia que frecuentó los platós del gran dúo Powell-Pressburger, David Farrar.
Su trama se desarrolla entre un Londres de postguerra (aunque es curioso que todo aparezca tristón, apagado en cuanto a esperanzas de futuro, como si estuviésemos en plena guerra) con una espesa niebla de esas que eran de rigor en las películas y un París en el que, en una escena clave, una cantante francesa queda convenientemente enjaulada en su cabaret, La jaula de oro.
De hecho ambos escenarios aparecen, junto con todos los decorados del film, en un blanco y negro muy contrastado conseguido por el gran director de fotografía de la Ealing, Douglas Slocombe.
Esa fotografía en blanco y negro es posiblemente lo que más destacaría de la sesión, que va sobre un depredador casi profesional que se lleva de calle bien engañadlas a todas las mujeres víctimas que cree pueden aportarle un buen dinero.
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