miércoles, 9 de febrero de 2022

Nubes flotantes

La referencia ideal. Indochina durante la guerra.

Un toque documentalista abre “Nubes flotantes” (“Ukigumo”, Mikio Naruse, 1955). Es 1946 y muchos japoneses son repatriados desde los países ocupados durante la guerra, como esa chica que se destaca, convirtiendo el documental en ficción, que, regresando de Indochina, va a ser el auténtico eje de la película.
La chica se presenta en casa de un hombre, que parece llevar toda la derrota asumida a sus espaldas. La acogida no es la que ella esperaba, pero ambos caminan entre unos arrabales. En un momento dado, se produce un cambio enorme de ambiente y el desolado y frío ambiente de postguerra del Japón se convierte en el paradisíaco destino tropical de Indonesia donde, años atrás, se conocieron. Como este flashback se producen otros cuantos, en un primer momento en el que yendo atrás y volviendo al presente, nos ponemos al día de la historia que les une.
Ese pasado, con esa estancia feliz en Indochina es el referente que aflorará siempre más. Todo se comparará con esos momentos que la protagonista cree poder volver a vivir, por lo que se lanza una y otra vez hacia una relación tóxica. Él pasa un tiempo con ella… y la deja o entabla otra relación, y así una y otra vez. En los nuevos encuentros siempre los vemos caminando como una pareja real, como hace notar en voz alta ella, pero se trata de un momentáneo espejismo.
Queda dilucidar si se debe ver la película, como me alertaron, como de una, en el fondo, conformidad absoluta con “el destino de la mujer”, que dice ella en un cierto momento. Sinceramente, no sé si eso se puede decir de la novela de Fumiko Hayashi en la que se basa, pero no veo así la película tal la ha concebido y presentado Naruse, con la ayuda de la guionista Yoko Mizuki, que adaptó la novela.
En la película ella da muestras, por una parte, de una autonomía impresionante, nunca pensable por lo que sabemos de la sociedad japonesa de la época. ¿Qué es lo que la vuelve a poner una y otra vez al lado de ese hombre que he definido como relación tóxica para ella, pues? Sencillamente, que ha quedado absolutamente colada por él.
Tengo la demostración ad contrarium: Veo a Yukiko, la protagonista, como el trasunto del personaje de Jean Paul Belmondo en “La sirena del Misisipí”. Seguro que nadie acusaría a esa película por lo que hace él, como se pretende acusar a “Nubes flotantes” por lo que hace ella…


Y la realidad esquiva.

 

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