En los mapas antiguos, para señalar esos terrenos desconocidos alejados de la transitada costa, rotulaban “Tierra Incógnita”. Como en busca de algo así me he sentido hoy al acudir a la Filmoteca a ver “De occulta philosophia” (2012), y una expedición no tan desde cero, pero similar, me parece que fue la de Daniel Villamediana en pos de la música barroca, con el objetivo de analizar cómo se podía captar su sentido desde el cine.
Lo consigue con un dispositivo doble. Por un lado siguiendo a Titus Crijnen, un luthier residente en Sabiñán (Zaragoza), en su proceso de construcción de un clave. Por otro, filmando a los músicos de La Reverencia tocando en un par de iglesias (una de ellas con unos preciosos frescos), de Lietor (Albacete) y reflejando, paralelamente, con unos cuantos planos intercalados, el paso del tiempo por el pueblo y las ocupaciones de los mismos músicos, así como unas pocas conversaciones que, bien atendidas, te ofrecen una clave para escuchar con mucho más provecho a este tipo de música. Según ellas, habría que llegar, al oírla, no sólo a captar su valor histórico, sino las sensaciones varias (sobre el amor, la felicidad, los temores, la muerte…) que en la época trasmitían a su auditorio.
Las interpretaciones musicales de las obras, en general de los no más conocidos músicos del Barroco, están recogidas, excepcionalmente bien, en sonido directo, con una sola cámara y un único micrófono, lo que implicó una creciente fragmentación de las tomas.
Tras ver el film, me he quedado con una doble y satisfactoria sensación: Si en un pueblo como Sabiñán hay un luthier como Titus, trabajando de forma tan artesanal y completa; si (como han asegurado en el coloquio posterior) por toda la Península hay desperdigada una nueva generación de intérpretes musicales, muy bien formada, que está dando nueva vida a la música antigua (aquella que supone una tradición interrumpida, dicen en el film), no todo está perdido. Eso, como primero. Lo segundo, que, personalmente, creo que la película me ha ofrecido las herramientas para poder precisar en el dibujo de los mapas algún trozo más de esa Terra Incógnita.
Hay por aquí bastantes amantes de la música y la pintura barroca. No debieran, por nada del mundo, perderse esta sencilla, pero hermosa, espléndida película.
No hay comentarios:
Publicar un comentario