Azoteas, calles, playas y gentes de Cádiz.
Por fin he visto hoy "Alegrías de Cádiz", aprovechando que se ofrece libre hasta el 16 de febrero (http://www.margenes.org/…/gonza…/alegr%C3%ADas-de-cádiz.html). La he visto sin poder apagar la sonrisa, hasta que Lucy, que "también es Cádiz", explicando porqué para ella se acabó el mundo, me ha humedecido los ojos. Luego vuelta a la luz radiante, hasta que nuevamente, esta vez con una canción de Aruz, volvió la duda acuosa.
Contiene un magnífico casting para el papel de Pepa con cuatro chicas muy diferentes, que se resuelve en empate; bailoteos varios; algún cante; ocurrencias poéticas; títulos derivados de esa fuerza poética, que puntúan y subrayan (como este tan evocador: "Mientras mi mano toca una rodilla en un cine"); un personaje con verborrea y pasión amatoria de apisonadora y otro sembrado de dudas; un homenaje a "Le Mépris", también junto al mar, pero con sombrero en vez de libro; conversaciones, tanteos y confesiones varias mientras se toman unas cervezas; placas y detalles de hermosos rincones de la ciudad; marea baja; besos junto al ficus centenario; la vista de la caleta salpicada de barquitas; el hermoso recuerdo de la dinámica de grupo frente al mar y, toda la parte final, una buena ensalada de chirigotas.
Walter Ruttmann hizo "Berlín, sinfonía de una ciudad" y ahora Gonzalo García Pelayo ha sacado de Cádiz, si no una sinfonía, un buen retrato, con una de sus películas más libres, diciendo que monta una ficción en ella, pero seguro mostrando sus alegrías, bulerías y todo lo que se tercie. ¡Qué bueno que ha vuelto al cine! ¡Qué andanada de aire fresco que representa!
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