Francesc Muñoz, griposo, quien luego se quejó de que un incremento de intensidad del aire acondicionado le había dado la puntilla (cuando en realidad yo creo que tomó por él el ambiente más bien fresquillo que había tomado, pese a la fecha, el exterior), haciendo una breve introducción al debate.
Pese a estar saliendo de una gripe… que aún no le ha desaparecido del todo, como otras veces que he ido a oírlo donde intervenía para hablar de los procesos de evolución de las ciudades, Francesc Muñoz volvió a convencerme ayer en la sesión de Cine y Geografía de la Filmoteca, organizada por la Societat Catalana de Geografía, en la que se proyectó “Retratos Fantasmas” (Kleber Mendonça Filho, 2023).
Un espectador se acercó una vez ya despedida la sesión y le explicó que había asistido a una visita guiada por él a la exposición Suburbia (en la que se encargó del apéndice final, con ejemplos locales) y eso le había decidido a seguirlo también en esta ocasión. Según él, son pocas las personas que al explicar temas como el que refleja la película enriquecen, ayudan a pensar a la gente, y le pedía siguiera haciéndolo.
Yo creía que en su presentación y comentario tras la proyección efectuaría una intervención genérica global, independiente de lo visto en la película, pero resulta que se ciñó mucho a ella, valorando desde su mismísima escena inicial (una pelota queda muerta entre los muros de un patio entre edificios) hasta su final, con un taxista que se difumina, como se han esfumado los cines de Recife.
Recordó cómo había ido cambiando el acto cultural de ir al cine, desde el ritual que la película muestra se seguía en los grandes cines de los años 70. Un primer cambio muy significativo, precisó, tuvo lugar con la aparición de los Multiplex. Parecía que todo seguía igual, pero el rito varió sustancialmente en esos centros -en general alejados del núcleo de la ciudad- con muchas pantallas, cada una de ellas ofreciendo una película diferente, y no esa única que se iba a ver antes combinándolo con otras formas de gozar de la ciudad.
Francesc Muñoz evidenció que lo que Kleber Mendonça explica sobre los cines era un magnífico reflejo de lo que ha pasado con la ciudad, y se puso a definir lo que caracterizaba desde siempre a la ciudad: que es un espacio que nos interpela y es capaz de hacernos cambiar de opinión.
La ciudad -siguió- es reflejo de la sociedad a la que acoge. Una sociedad postindustrial como la actual tiene forzosamente su reflejo en la ciudad, crea una ciudad diferente.
Tuvo palabras para la forma actual de ver cine, a partir de lo distribuido por diferentes plataformas. Éstas, indicó, funcionan con los ahora famosos algoritmos, que se van acercando paulatinamente a tus gustos. Vivimos, de hecho, bajo la dictadura de esos algoritmos, que consiguen todo lo contrario a lo que caracterizaba a la ciudad. En vez de confrontarte a las diversas formas y opiniones, las plataformas te van encerrando en lo tuyo, al ofrecerte sólo aquello con lo que saben estás conforme.
Quiso finalizar, para no llevar a ningún malentendido, mostrando su disconformidad con la nostalgia, esa nefasta tendencia que hace surgir el disparate de entornos y elementos ‘vintage’, anacrónicos, tras destruir los originales. No cree que su mirada, como la de Kleber Mendonça Filho, sea, pese a lo que se dice del film, una mirada nostálgica: esos majestuosos cines ya no volverán y así hemos de aceptarlo, pero, en cualquier caso, lo que tiene claro es que tenemos la imperiosa necesidad de espacios que tomen el papel que antes tenían esas salas de cine.
Rafael Giménez (presidente de la Sociedad Catalana de Geografia) y Francesc Muñoz (profesor de Geografía en la UAB), ayer, en la presentación de “Retratos fantasmas” en la Filmoteca.
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