Corre por ahí un DVD de Cameo, "La mano en el fuego", de Carles Prats, con tres partes, sobre Leone, Suzuki y Buñuel. Ésta última es un conjunto de entrevistas con gente próxima al realizador aragonés. La mayoría habla de aspectos de su trabajo conjunto, con algún recuerdo que elevan a categoría sobre su forma de proceder. De éstas confirmamos que el montaje de sus películas era muy fácil, porque ya estaba prácticamente hecho con el rodaje, o que buscaba, de forma bastante cazurra (haciendo darle una paliza inesperada, mientras había prometido que sólo sería un simulacro, por ejemplo) la reacción del actor.
Otros cuantos, como Portabella, Paco Rabal, su hijo Juan Luis o sobre todo Jean Claude Carrière, se dedican a rescatar una serie de anécdotas que hablan de sus pícaras -y a veces desconcertantes para los desconocidos- bromas, marcando la mar de bien su carácter. De entre éstas, unas pocas:
- Reconocía que lo más oriental que había ido era a París. Cuando le tentaban con ir a un festival en la India, tras reflexionarlo mucho, una frase definitiva: "¿Qué voy a hacer en Delhi a las tres de la tarde?".
- Su afán por escandalizar a sus amigos sacerdotes: "Jesucristo era un mamarracho, un pobre tonto. Ahora bien, en cambio, la Virgen María..."
- Una broma que encargó a toda una clase de un colegio estando con Fernando Rey, de quién sabía que le gustaba ser reconocido por la calle, o que le hicieran algún piropo sobre las películas que había interpretado: Hizo que fueran viniendo uno tras otro, de forma separada, los chicos o chicas del colegio. Cada uno iba directo hacia Buñuel, y le pedían un autógrafo, correspondiéndoles éste gustoso. Se iban sin siquiera mirar al actor. A la quinta Fernando Rey, que estaba un poco mosca, se dio finalmente cuenta de que había vuelto a caer en otra broma más de Buñuel.
(No he sabido encontrar quién hizo esa foto de Luis Buñuel riendo con Fernando Rey durante el rodaje de "Tristana" en Toledo.)
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