lunes, 4 de julio de 2016

Domingo por la tarde cine

Llegamos con tiempo.

Como queda un tiempo, esta pareja se dirige al ambigú a tomar algo. Al no haber intermedio, no apareció la diapositiva esa de "Hay servicio de bar en el ambigú".

Pasar por una experiencia de esas típicas de domingo por la tarde. Dirigirse al cine, comprar la entrada, franquear el acceso dejando que la marquen (no me atreví a fusilar con la foto a la señora en su garita y al señor pidiendo y cortando las entradas), entrar en la platea, esperar a que apaguen las luces y abran las cortinas, sumergirse en la película y salir comentándola.
Sólo falta, para que la experiencia sea memorable (en sentido positivo) que la película no sea abyecta, como ocurrió ayer.


Para un domingo por la tarde de julio de entonces poca gente. Para la actualidad, un éxito. Fueron entrando más, incluidos dos grupillos de jóvenes. En total llegué a contar unos 60 espectadores.

Arriba un anfiteatro ahora inhabilitado.

Saliendo...

 

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