viernes, 12 de febrero de 2016

The ring

Ayer, viendo “Downhill” (1927) en la Filmoteca, pese a alguna ocurrencia de Hitchcock, me aburrí de lo lindo, pero hoy, con “The Ring” (también 1927) hemos vuelto al nivel de “The Lodger”, con un Alfred Hitchcock desbocado, espléndido.
Sólo la escena inicial de la feria, con su rápido montaje, sus sobreimpresiones y juegos de miradas, ya sería suficiente para encumbrar la película, que tiene otros cuantos momentos deslumbrantes, algunos dignos de un film experimental, de vanguardia. Es un recital auténtico de sobreimpresiones y hace la competencia a los Lubitsch en la utilización de imágenes reflejadas significativamente por espejos o puertas detrás de las que tiene lugar alguna acción. El mundo de Hitchcock (de ésta y épocas posteriores) está presente en muchas cosas: los letreros luminosos que veo que adoraba utilizar en este periodo, la feria, la adivina, algún personaje secundario,...
Pronto vemos que el combate que parece anunciar el título no se desarrolla únicamente en el mundo del boxeo, protagonista del film, sino que se trata sobre todo del más duro combate por una mujer entre dos hombres a lo largo de todo el metraje, representado en las ocasiones en que más destaca la agudeza de Hitchcock por el enfrentamiento de elementos de atrezzo de uno y otro, como este brazalete del rival que aparece en el cuadro justo en el momento en que el dedo anular de ella está encajándose un anillo de compromiso.
En la copia restaurada por el BFI han colocado una banda sonora del Soweto Kinch Sextet que puede perturbar a quienes no gusten del jazz, pero que a mí, para el que tiene el efecto contrario, ofrece un dinamismo adicional importante al film.
La vuelven a pasar el domingo. Vale la pena.

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