Son Salvador Clotas -las gafas en la mano, en un gesto muy suyo-, Pier Paolo Pasolini -comentando algo que atrae la atención de los otros dos- y José Agustín Goytisolo en los años 60. Están en uno de los límites, el sur, del cementerio de Montjuic. Detrás de José Agustín se distingue una casa de pisos, medianera al aire, y más a la derecha una nave almacén que aún hoy sobreviven. A sus pies se extiende el barrio de barracas de Can Tunis.
Éste es uno de los documentos -en general visualizados en la magnífica exposición sobre "Pasolini Roma" que partiendo del CCCB sigue aún recorriendo espacios por toda Europa- de los que partió Hilari M. Pellicé para realizar su documental "Pasolini a Barcelona", que se estrenará mañana domingo inaugurando el ciclo "Pasoliniana", una propuesta del Projecte Pasolini Barcelona felizmente aceptada y auspiciada por la Filmoteca.
El documental partía de una sorpresa y de la consecuente serie de preguntas ante fotos como esa: ¿De modo que Pasolini estuvo en Barcelona? ¿Y qué hizo por aquí? ¿A quién vio en sus visitas? ¿Por qué cosas se interesó? ¿Quedó reflejado en su obra algo de lo que vio o sintió por aquí?
Intentar responder medianamente alguna de estas preguntas sé que ha supuesto momentos de auténtica novela policiaca. Y la confirmación, por si no estaba claro, de lo débil y caprichosa que se vuelve la memoria. Entre otras cosas.
(No se ha llegado a saber quién hizo la fotografía, que pertenece al archivo de la familia de Asunción Carandell.)
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