Preparación de “Emergence” (2002), pero aquí sólo en un monitor de superficie muy limitada.
La serie “Catherine’s Room” (2001), con mucho de remembranza de cuadros renacentistas.
Aunque cada vez que accedes a la sala de exposiciones de la Pedrera tienes una sensación más y más intensa de que vas a entrar a un recinto o acto clandestino o vedado (inexistencia de anuncios, necesidad de franquear la cola de turistas visitantes del edificio, declaración de intenciones a la guardia jurado que te niega el paso, aviso de esa -vía Talkie Walkie- a sus vecinos de arriba conforme suben dos sospechosos, paso de bolsos por scanner seguridad,...), resulta que luego, previo pago, ahí puedes encontrarte con algo.
Y resulta que estaba bien informado y que en la Pedrera hasta el 5 de enero se puede ver una retrospectiva de Bill Viola, “Espejos de lo invisible”.
Vaya por delante que iba con muchas ganas a la exposición y eso ha podido ocasionar en parte mi ligera decepción. Cuando ya había superado sus primeras obras y veía que iba entrando en materia, esperando que ese ambiente visual tan peculiar me envolviera como lo había hecho, por ejemplo, en una exhibición en el Guggenheim de Berlin hace años, es decir, superada la mitad de la superficie de la sala, no sé qué pasa que la exposición se diluye y se acaba. O esa es la impresión que me ha quedado.
A ver si los acontecimientos que se anuncian en el Palau de la Música y el Liceo son accesibles y me hacen recuperar las sensaciones que en esta ocasión no he acabado de disfrutar.
Esos personajes que vienen...
Y se van perdiéndose en el infinito.
Ésta no es una imagen mía, sino sacada de la red. Mi foto me salió mal. Pertenece a “Three women” (2008), una de esas obras en las que Bill Viola juega con una catarata de agua que transforma a sus personajes. Aquí estas mujeres de tres generaciones pasan de fantasmas en blanco y negro a seres vivos en color, bien próximos y viceversa según superen una barrera de agua en uno u otro sentido. Pero yo me he quedado con una imagen parecida a ésta, como de tres fantasmas caminando, desapareciendo de nuestra visión.
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