jueves, 23 de junio de 2016

Au nom de la loi

La policía buceando en ambientes sofisticados
También en la comisaría, interrogatorio a uno del hampa.
A ver quién se resiste a esta vampiresa entrando en tu habitación de hotel. Pero luego se verá que la escena tiene, sorprendentemente, otro carácter.
Georges Sadoul ya advertía en su “Diccionario del Cine” que algún día se descubrirían las películas francesas de Maurice Tourneur hechas a su regreso de los Estados Unidos, de las que se había perdido la pista y nadie hablaba, y causarían admiración. Por su parte, en el programa de la Filmoteca, que anoche pasaba “Au nom de la loi” (1932), Bertrand Tavernier, quien la había incluido en su ciclo, la calificaba de auténtica joya. Y a fe que lo es, aunque no sea aún lo suficientemente conocida para que sea tratada como tal.

Y llevándose a una pieza a la comisaría. Allí, genial la escena de la señora haciéndole el cacheo correspondiente en una habitación vecina, que resulta un luminoso striptease.
Arranca y ya te deja clavado a sus imágenes con la presentación de los tres actores principales, en personajes característicos de los años 30, al son de un organillo y de unos disparos en off mientras aparece el título del film. Porque es un film noir, en el que da gusto ver como Maurice Tourneur hace ir avanzando la trama con agudeza visual inusitada -planos en ligero picado que explican muy bien una situación, por ejemplo-, y gran agilidad -saltos rápidos de una escena a otra, perfectamente coordinada, que supone el recorrido lógico de la acción, siempre muy viva, sin precisar de explicaciones adicionales a las imágenes-.

Como quien no quiere la cosa vamos viendo y conociendo las conexiones del mundo del opio con la alta sociedad, cómo funcionaban y lo que suponían las redadas, cómo era una parada en la estación de Avignon del expreso París-Marsella para que los pasajeros bajaran al andén a tomar su chocolate reparador, el ambiente portuario de la ciudad mediterránea y su contrabando, los métodos de la policía y del hampa, y hasta una historia de amor casi imposible con ribetes de las de las películas míticas.
Pues sí, estoy de acuerdo: una joya. A ver si hay suerte y el año que viene, dentro del ciclo Maurice Tourner prometido por la Filmoteca, aparecen más de este nivel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario