Arranca con esta imagen, la cruz con velo en movimiento, la tapia del cementerio en primer término. Se trata de “Abbasso il zio” (1961), un cortometraje inicial de Marco Bellocchio, muy atractivo visualmente.
Una pandilla de niños saltan, en sus juegos, la tapia. Cuando al cabo de un rato se van de ahí corriendo, la cámara les sigue. Al disgregarse, escoge a uno de los niños, que toma, sin abandonar el ritmo, la recta carretera hacia Piacenza, la ciudad natal del realizador. Llegan a un entorno urbano y niño y cámara se desvían rápidamente en ángulo recto hacia la izquierda, por otra carretera que nos vuelve a llevar al campo. Plano general entonces hacia la derecha, a un cerco de piedra semi-derruido, a donde corren, dejando la cámara atrás, todos los niños. Es el cementerio viejo, ahora abandonado. Dentro, los niños buscan y coleccionan pequeños huesos olvidados entre la tierra, dejan una pintada…
Se puede encontrar como extra en el DVD de “I pugni in tasca” (1965), el primer largometraje de Bellocchio, que aún refleja la rabia que de joven debía acumular en un entorno cerrado sobre si mismo: a la familia, la religión, la sociedad bien estante provinciana…
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